¡Quién pudiera! Yo quisiera. Ser como aquellos...
los que, como la acacia y el alerce
viven despacio en un crecer de invierno
sin más quehacer ni lucro que un eterno
a sí mismos hacerse
O como esos otros...
los de palabra parca, más bien dura
cuyo silencio, cauto a la caterva
esconde pudorosa la reserva
de una inmensa ternura
Pero hay algo que yo más aún quisiera...
Yo quisiera ser un sembrador
de fe y de gozo...
Nada más que eso;
yo no soy sermonero ni filósofo...
¿Y qué puedo enseñar si no sé nada
de lo único que adoro?
...
Tomados de Noche de Año Nuevo (las dos primeras) y de Dios (la tercera), de "El libro de las oraciones", que se me va yendo.
Nota: el tercer fragmento lo conocí en "Fotos del Apocalipsis".
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