sábado, 30 de septiembre de 2023

Teilhard (4)

Los remito a la entrada Teilhard (3) del año 2012. ¡Hace tanto de eso! En todo sentido.

Supongo que siempre me quedó una curiosidad latente por Teilhard. Porque en una mesa llena de usados revueltos no dudé en probar suerte con "Génesis de un pensamiento", que es una recopilación de cartas enviadas por un joven Teilhard desde el frente de batalla de la Primera Guerra Mundial a una prima suya llamada Marguerite Teilhard-Chambon (en literatura: Claude Aragonnès).

Leyendo las cartas se ve que Teilhard era un tipo de una fe muy intensa. Y unas ideas muy originales. La sensación que me queda es que, recaudos mediante, hay mucho por aprovechar de su pensamiento cristiano (quizás se haya aprovechado mucho más de lo que yo sé, claro, quizás haya sociedades, círculos que no conozco).

A partir de las ideas originales, que a veces pueden ser erradas, se pueden encontrar caminos verdaderos de encuentro entre ciencia y fe. De los pensadores censurados nos quedamos solo con las objeciones. Qué lindo es conocer algo más íntimo de ellos, porque nos da una mejor idea de una realidad más compleja.

Habría muchos pasajes para transcribir y muy interesantes. Y donde habla de aspectos concretos de sus ideas, confusiones con el panteísmo, etc., etc. Pero esta simple cartita podrá darles una idea de la persona Teilhard.
[Ligny-en-Barrois] 23 de diciembre de 1916

Querida Marguerite,

Espero que esta carta te encuentre en pie y capaz de ir sin fatiga a la Auvernia. En todo caso, pienso enviarte para Navidad mi recuerdo y que te llegará antes de tu partida. Ten la seguridad de que en estas fiestas pediré mucho al Señor de la Paz para que te la dé en abundancia, y te haga comprender que es la virtud santificante del peso de la vida cristiana soportada.

Has de saber que mi artículo no ha pasado a la revista. En el fondo, no me asombro de ello. Sin hablar de cosas que quizá sean objetivamente impugnables, el artículo estaba hecho en un tono que podría desconcertar a los juiciosos y plácidos lectores de la revista (esto es lo que principalmente han objetado los revisores). Te enseñaré la carta, muy amable y muy justa, que me ha escrito Léonce. ‘Su lectura -me dice-, es ‘exciting’ e interesante en alto grado. Es una obra llena de imágenes, que hace pensar, pero carece de todo reposo para nuestros lectores, gentes apacibles…’.

Con todo eso, no veo cómo mis ideas verán la luz de otra forma que en conversación o por manuscritos clandestinos. Nuestro Señor hará lo que crea conveniente. Estoy decidido a seguir adelante en el camino que me he trazado, por fidelidad ante mí mismo, para ser verdadero, como dice Tourville. En el peor de los casos, si paso sin ser escuchado, tengo confianza en que habré sido útil. Para que triunfen las ideas, es necesario que muchos de sus defensores mueran oscuramente. Su influencia anónima se dejará sentir. Y además, tengo fe absoluta en que Nuestro Señor hará útiles los sacrificios que yo podré hacer en la obediencia, y en el éxito espontáneo de lo que pueda haber de bueno en mis aspiraciones. Él las transportará al fondo de muchas almas que creerán tenerlas como propias; y que las harán dominar mejor que yo... En todo caso, ten la seguridad de que no estoy desconcertado en absoluto. Cuídate bien. 

Tuyo,

PIERRE

Esta puede no ser la última entrada del tema ya que, siguiendo un consejo que había quedado en un viejo comentario, adquirí el libro "El pensamiento religioso de Teilhard de Chardin" de Henri de Lubac. ¡Agárrense!

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