Se trata de una canción del folklorista chileno Roberto Parra Sandoval, en versión del conjunto también chileno llamado Los Tres, en una grabación de aquellos famosos MTV Unplugged de los años noventa. “Quien es la que viene allí”, se llama el tema. Y se me ocurre que es un tema genial para una entrada en la fiesta después del casamiento. (El público haciendo palmas…) Proponéselo a tu novia. No, en serio. Será amor u odio. O le encanta, o “ni loca entro con eso”.
miércoles, 28 de diciembre de 2011
domingo, 25 de diciembre de 2011
When half spent was the night...
¡Feliz Navidad!
Programé este saludo para que aparezca a la medianoche. Y el título de la entrada es un verso del himno mariano “Lo, How a Rose E’er Blooming” (escuchar con clic + leer con clic). Quizás volver a ser niño sea volver a esperar la medianoche. En algún momento quizás dijimos que tanto da esperar la hora exacta, las convenciones, etc. Pero una tradición es mucho más que una convención y esperar con entusiasmo la hora especial es una forma de mantener viva la esperanza (en la mitad de la noche).
¡Feliz Navidad!
lunes, 19 de diciembre de 2011
Una dosis de ciudad
Declamo siempre a favor de la vida tranquila, de ir al campo y esas cosas. Pero soy porteño (fueron 28 años, algo más que un “NYC”) y la ciudad tiene todavía para mí un encanto irresistible. Llego un viernes a la noche, después de mucho tiempo, a Palermo, zona Salguero y Libertador, y me encuentro con los “deliverymen” de una famosa pizzería que avanzan en patines entre los autos. Y entonces digo: “solo la ciudad tiene esto”. Me olvidé del interminable embotellamiento de Salguero y disfruté de una dosis de noche de ciudad desde la ventanilla.
Prolongar la descripción lo puede estropear todo. Si todavía no sos tan viejo como para tener ocasiones en las que te sentís joven otra vez, no creo que me puedas entender mucho más. Enfrentar a la ciudad y sobrevivirla te hace sentir joven. Y si pudiera, pediría licencia para dedicarme un mes a hacer “delivery” en patines.
martes, 6 de diciembre de 2011
They're just old light...
La noche está muy linda. Uno tendría que estar como antes, con un banco en el jardín. Escuchar como se hace de noche, como se va cansando el ruido de la calle.
No es mi caso hoy, pero pensaba que cuando uno está mal y triste, hasta las estrellas pierden hermosura. Y son, como dice la rusa Spektor, solo luz vieja. Metáfora moderna, por cierto, ¿no? Solo recientemente se sabe que las estrellas que siempre vio el hombre son técnicamente la luz de estrellas que ya pueden estar apagadas hace muchísimos años.
El cielo en la ciudad tiene pocas estrellas. Es como si hubieran ya pasado otros millones de millones de años y se hubiera extinguido hasta la misma luz de algunas estrellas. Se puede decir entonces que en la ciudad envejecimos más rápido. Envejecimos de golpe. Pasaron millones de años en solo unos cientos de ciudad. ¡¿Qué hacemos acá?!
Voy a tomar la Ruta 3,
una mañana para no volver...
jueves, 1 de diciembre de 2011
¿A dónde iremos a parar? (III)
El fervor de la causa es lo que sorprende. Me esfuerzo por comprender cómo puede persistir tanto fervor por una causa que al menor análisis se derrumba como un castillo de naipes. La clave, creo, está en que nadie parece estar interesado en hacer el análisis. Ya nadie se fija en bien o mal, en orden o desorden.
Y si el fervor de la causa no se entiende por lo fundamentado de su pensamiento, solo lo puedo entender, por ahora, si me imagino a un niño gritando: “Déjenme hacer lo que que se me da la gana”. Claro que hay que ponerle nombres “inteligentes”: libertades individuales, conquistas sociales, derecho a decidir, y cosas así.
Y no es que no haya verdaderos derechos, verdaderas conquistas y verdaderas libertades. Pero precisamente por eso molesta aún más el uso de esas palabras. Creo que cada vez entiendo más a aquél que llamó a esto “cultura de la muerte”. (¿Hace falta recordar quién fue?)