martes, 26 de marzo de 2019

Cuaresma y mundo (y Hilary Hahn, y Natalie Merchant, y Glenn Gould)

Empezando ya la tercera semana de Cuaresma solo puedo decir que de las recientes ocupaciones la más “espiritual” es la lectura de las historias medievales de Hermann Hesse, que incluyen enseñanzas piadosas. El fin de semana leímos en voz alta una de un rey soberbio que es despojado de sus ropas, ignorado y rechazado, que fue reemplazado en el trono por alguien (que no diré quién es para no estropearles el final) y que al final logra redimirse. Oración, lo normal. Caridad, flojazo. Y si apelamos a un “concepto moderno” de ayuno no sé si “araño el cuatro”. Valga esta entrada para proponerme una mejora, como parte del examen de conciencia correspondiente a la confesión.

Ya que esta no puede ser una entrada edificante, procuremos que sea una sana diversión. Las cosas mundanas con las cuales espero no aburrirlos empiezan con las lecturas del Anuario 2019 de Autos de Clarín. Al empezar a ver la variedad de autos que hay (y cada vez más autos chinos) recordé cosas de la niñez. Sentados en un balcón de Mar del Plata frente al boulevard marítimo, jugábamos carreras con los autos que pasaban (a ver quién llegaba primero, largando desde el semáforo y hasta la esquina siguiente). Reconocíamos las marcas de todos los autos y podíamos decir cuál había acumulado más triunfos. Hoy, ni en el anuario ni en la calle, reconozco los modelos y, como ya digo, estoy sorprendido de la cantidad de marcas orientales. Solo me doy cuenta que vivo en el mismo mundo cuando veo que todavía se hacen y se venden el Mustang y el Camaro. Estos autos, claro, no pasaban (al menos no seguido) por las calles de Mar del Plata, pero son unos clásicos que todos hemos visto alguna vez en películas.

Seguimos, pero en otro orden de cosas. Una vez hace mucho tiempo conocí, por “En Compostela” (probablemente cuando quizás solo era “Compostela”), los Tiny Desk Concerts de la NPR (National Public Radio) norteamericana. Nunca les presté mucha atención pero con el tiempo fueron apareciendo más entre mis videos. Hoy en día tengo dos Tiny Desk Concert favoritos y, si lo pienso bien, el segundo puede asociarse muy bien a lo espiritual que necesitamos en esta Cuaresma.

El primero es el de la violinista Hilary Hahn. No sé si alguna vez la presenté acá pero es una violinista norteamericana virtuosa famosa por sus grabaciones de Bach, muy precisa en sus notas según dicen, que eso resta calidez dicen otros, pero para mí es genial. Su video del Concierto para violín de Mendelssohn en vivo en Corea del Sur es de mis favoritos, lo veo desde que tenía 1,6 millones de reproducciones y hoy tiene más de 21 millones. Se los voy a dejar al final, de yapa. Pero acá va el Tiny Desk Concert, porque de eso hablábamos.

 

Mi segundo Tiny Desk Concert favorito es el de Natalie Merchant. Esa compositora y cantante norteamericana es todo un personaje y merece su atención. Tiene una trayectoria impresionante que arranca con el grupo “10.000 Maniacs”. Hoy ya grande, con su pelo blanco y sin maquillaje, tiene una voz aún mejor. Además de sus temas, muy “americana”, hace al final un himno protestante (ella dice ser católica) que canta con el público. Ese himno está en un disco de ella de canciones tradicionales. Y tiene además dos discos de poemas de autores famosos musicalizados que son un lujo. No va nada mal para Cuaresma tararear que uno es un “poor morning pilgrim”.

 

Además de los Tiny Desk Concert, otro hallazgo (para mí) fue conocer a Glenn Gould, el pianista canadiense que tildaron de excéntrico y que es considerado una eminencia en Bach (su grabación de “El clave bien temperado” viaja en la sonda Voyager). En el pico de su fama se retiró de los conciertos y se dedicó solo a grabaciones. Siempre iba con su desgastada sillita de patas cortas, que usaba desde chico, y de ahí su particular posición. Tarareaba, además, mientras tocaba y eso podía ser molesto salvo para los que, como yo, gustan de la belleza de los personajes exóticos como este.

 

En otro orden de cosas, quisiera destacar que estamos hechos unos expertos en los llamados cubos de Rubik y sus derivados. Pero eso debería ser para otra entrada. Por ahora, les dejo la yapa el “veintemillonario” video de Hilary Hahn: