domingo, 16 de agosto de 2009

Alter mundi - IX. Donde el mundo se divide en dos


Hay dos islas que están una enfrente de la otra en el Estrecho de Bering. Una es de Estados Unidos (por Alaska), la otra es de Rusia. A pesar de distar sólo 3 kilómetros entre sí, el viaje desde la Diómedes menor (la norteamericana) a la Diómedes mayor (la rusa) “exige” un día. Pero lo más curioso es que el viaje inverso es un viaje en el tiempo. Salís un día y llegás el día anterior.

No es una cuestión misteriosa. Lo peculiar del caso no es causado por la geografía, ni por las condiciones climáticas, ni es un problema a abordar con la física cuántica. Se trata de la convención humana de la Línea internacional de cambio de fecha, que pasa justo entre las dos islas con el límite internacional. La línea de cambio de fecha coincide en principio con el meridiano de los 180 grados, a través de Océano Pacífico, pero con excepciones. Para conocer mejor dicha línea imaginaria, tomé un inflable con motor fuera de borda y me la hice toda de norte a sur.

En el caso de las Diómedes, la línea de cambio de fecha se llevó allí apartándola del meridiano 180, que cortaba el extremo oriental de Siberia. También para coincidir con la frontera ruso-norteamericana, algo más al sur, la línea de cambio de fecha se apartó, ahora hacia occidente, para dejar a oriente las Islas Aleutianas, islas de Alaska que se prolongan hacia Rusia en forma de arco (fanáticos del mapamundi las han de conocer de vista).

A la altura del Ecuador hay un nuevo caso. Hace relativamente pocos años se conformó como país independiente un conjunto de atolones coralinos más una isla volcánica: la República de Kiribati (con mayoría de población católica, por cierto). Parte de estas islas están de un lado del meridiano 180 y parte del otro lado. El gobierno del país, ante la dificultad de tener dos fechas en un mismo territorio, unificó las mismas y así movió la línea de cambio de fecha hacia oriente (siendo este el movimiento más pronunciado de la línea respecto del meridiano 180).

Ya en el hemisferio sur, la Repúbica de las Islas Fiyi la empuja un poco hacia el este también, para quedar ellos al oeste. También su vecino, el Reino de Tonga (última monarquía del Pacífico), queda al oeste de la línea. Islas Fiyi sin embargo conserva, en una isla llamada Taveuni, un punto de referencia donde la isla y el mundo son cortados en dos por el paso del meridiano 180. (La foto acompaña esta entrada).

Todos los que quedan del oeste, como Kiribati, Fiji y otros, son los primeros en recibir el día, el año, el siglo y el milenio. Pero, ¿quién tira la primera cañita voladora? Según se lee por un lado, el título lo ostenta la Isla Pitt, de las Islas Chatham de Nueva Zelanda, en el Punto de Kahuitara. (Sí, Nueva Zelanda con sus dos islas principales está al oeste del meridiano 180, pero sus Islas Chatham no, así que la línea se corre hacia el este para abarcarlas, y las deja allí bien primeras para el albor del nuevo día).

Pero la Isla Pitt sería el primer lugar poblado que recibe al nuevo día. Según se lee por otro lado, y si dejamos de lado el tema de la población, el título ahora lo ha capturado Kiribati. Porque hubo una gran movida turística en el 2000, para ir al lugar y ser parte de aquellos que primero recibían al (supuesto) nuevo milenio. Kiribati tiene una isla, inhabitada, que es el primer suelo en ver el nuevo día, año y milenio. Se llamaba Carolina, pero ahora la llaman Isla del Milenio.

4 comentarios:

Natalio Ruiz dijo...

Qué bueno que volvieron los alter mundi!!!!

Me encantan.

Respetos viajeros.

Natalio

Juan Ignacio dijo...

Me alegro, Natalio. Es un poco denso el texto, pero hay datos muy interesantes que quise compartir.

Fernando dijo...

Hola, Juan Ignacio. Un poco tarde, leo este interesantísimo post. En mi ignorancia anti-científica pensaba que la línea que separa los dos días estaba en medio del Oceano, lejos de toda tierra habitada, y que no afectaba a nadie. Me han sorprendido todos los datos que cuentas, los apaños que ha habido que hacer para que no hubiera pueblos o islas viviendo en dos días diferentes, según el barrio. Interesantísimo.

La parte final me ha recordado aquellos días tan divertidos, cuando pasamos de 1999 a 2000, en que se decía que todos los ordenadores se iban a desconfigurar. Te contaré una historia divertida. En septiembre de 1999 el Rey Juan Carlos inauguraba el Año Judicial, en un acto muy solemne. El Presidente del Tribunal Supremo soltaba su tedioso discursito y dijo algo del tipo "en el siglo que ahora comienza ...". El Rey, en vez de dejarlo estar, le cortó y le explicó que el siglo no empezaba el 1-1-2000, sino el 1-1-2001. Al día siguiente, claro, todo el mundo estaba opinando si el Rey tenía razón o no.

Juan Ignacio dijo...

Me alegro que se haya aprovehado.

(El rey tenía razón, por supuesto).