lunes, 21 de febrero de 2011

Pintura dominguera

(Los guías más innovadores dicen hoy en día: “silencien sus celulares”. Pero en realidad la mejor instrucción sería la usual: “apaguen sus celulares”).

Si supiera pintar haría un cuadro que sería parecido a lo que sigue: Misa (se vería el templo desde atrás, por la nave principal), sonido o vibración de celular (implícito), señor o señora que sale al trotecito por la nave principal, llevando y levantando con una mano el bolso, mientras con la otra mano revuelve en el interior del mismo. Algo nerviosamente.

Pensé en hacer también al fondo al cura consagrando. No es que no reflejara una posibilidad, pero me pareció muy fuerte. E irreverente.

Si pintara yo muy bien y el cuadro fuera a una exposición, lo acompañaría con algún texto de esos que a veces acompañan a las obras. El texto diría algo como lo siguiente: “Qué elegante era la distracción hasta hoy, que operaba solo en la imaginación. Pero ya tenemos el celular, y nuestra falta de recogimiento queda a la vista de todos en paños menores, impúdicamente”.

7 comentarios:

hna. josefina dijo...

¡Qué lío con los celulares!
Y lo peor que, como la señora se pone nerviosa, no lo encuentra nunca y tiene que vaciar toda la cartera antes que aparezca.
Aquí también pasa que, como están bastante lejos de la salida, hay quienes atienden y se ponen a conversar como si nada mucho antes de estar afuera...
En fin.

AleMamá dijo...

Es terrible, pero lo peor es que también me ha pasado, eso sí que no he salido a responder nunca.

Tu cuadro tiene todos los elementos de una pintura universal, comprensible por todos los que vamos a misa, al cine o a la ópera, con las diferencias de ofensa en cada caso, obvio.

En mi parroquia nos la han puesto fácil: hay un aparato que bloquea las ondas de celulares, al menos los actuales. Más adelante te cuento como va la cosa.

Cariños

Fernando dijo...

Bueno, la coincidencia con la consagración será terrible, pero no extraña: en mi parroquia, más de una vez, en el silencio solemne tras ese momento suena la musica hortera del celular.

Y lo que da rabia no es que esté distraída la señora que recibe la llamada, como dices en el último párrafo, sino que es a ti a quien distrae de la Misa o a quien distrae de la propia distracción ("¿Cómo? ¿Todavía estamos en este momento de la ceremonia? Creí que ya era más tarde".)

...

¿Volvió Héctor?

Juan Ignacio dijo...

Es verdad, Josefina, empiezan a hablar antes de salir.
Alemamá, el bloqueo de señal es muy tentador para cualquier párroco, ¿hay muchos allá?
Fernando, no volvió Héctor. Pero yo insisto, no creo que un sonido de celular moleste mucho (o será que me acostumbre a ruidos de fondo por tener chicos). El tema es que molesta a uno mismo.

Fernando dijo...

A mí cualquier ruidito me altera, Juan Ignacio, manías de soltero que vive solo, más aún en la Misa. Y en cuanto al señor o a la señora de la llamada, si deja encendido el celular y se sale a atender a la llamada demuestra que la ceremonia no le importa mucho.

Siento lo de Héctor, parecía un personaje prometedor.

Natalio Ruiz dijo...

Yo también vivo imaginando cuadros que pintaría si supiera pintar!!!! Tengo unas ideas que me aparecen como geniales.............

En fin.

Respetos frustrados.

Natalio

AleMamá dijo...

Me perdí algo, creo, ¿quién es Héctor?