martes, 15 de diciembre de 2015

Meu meniño

Un nuevo éxito para nuestro exclusivo catálogo de canciones de cuna.

Si no me equivoco (lo escuché por allí, con mi torpísimo oído catalán) la cosa es así: La abuela paterna de Sílvia Pérez Cruz les cantaba a sus hijos (padre y tíos de Sílvia) una canción popular de su zona, Galicia. Esa canción se la cantaban luego ellos, los hijos, de grandes, a su madre. Entonces, cuando el padre de Sílvia muere, un hermano escribe unas palabras en donde dice que, uno ya en el cielo con ella, y los otros desde este mundo, le siguen cantando juntos a la madre.

Sílvia le puso música a esas palabras del tío, y las unió con el canto popular. Resultó así esta cosa, que cantada es muy hermosa:

(Botón derecho sobre este CLIC, e izquierdo sobre “abrir en otra ventana”. Para que al fondo vaya sonando, y abajo lean la nana).

Meu meniño

Pero, o mellor, atópase coa mai nun ceo que il nunca imaxinou e quétanse as cariñas das súas almas de nenos, mentres il, o seu meniño, cántalle a canción que lle cantabamos sempre os tres irmaus. Hoxe pensa que lla cantará il soliño, pero non sabe que nos, a modiño, farémoslle, desde eiquí, un dúo de cegos.

"Miña nai, miña naiciña,
como a miña nai, ninguna,
que me quentaba a car(i)ña
co caorciño da sua.
Co caorciño da sua
o corpiño me quentaba,
e deitábame no berce
e a biquiños me arrulaba"

(Traducción imperfecta:

Mi niño

Pero, lo mejor, se encuentra con la ¿madre? en un cielo que nunca imaginó y ¿se miran? las caritas de sus almas de niños, mientras él, su niño, le canta la canción que le cantábamos siempre los tres hermanos. Hoy piensa que se la cantará solo, pero no sabe que nosotros, ¿de cierto modo?, le haremos, desde aquí, un dúo de ciegos.

"Mi madre, mi madrecita,
como mi madre, ninguna,
que me calentaba la ¿carita?
con el calorcito de la suya.
Con el calorcito de la suya
el cuerpito me calentaba
y me acostaba en la cuna
y a besitos me arrullaba”.)

Y por si se lo preguntaron, les cuento que las voces que hacen a coro la canción popular son las de los mismos tíos de Sílvia.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Tristeza y un disco

Todas las cosas se entrelazan. El disco “11 de noviembre” vuelve en el momento justo para triunfar. Como los temas de Sílvia Pérez Cruz son en su mayoría de penas, y esta época familiar es de penas, encajan justo. Las penas bien cantadas no nos ahogan en la pena. (Ya hablamos alguna vez de los beneficios de las canciones tristes).

Nunca había podido apreciar este disco (que en realidad no tenía sino copiado de Internet), ahogado su propio tiempo entre los geniales videos de las presentaciones en vivo de Sílvia y el nuevo “granada”. Pero ahora mi hermano me trajo el original, y ese librito lleno de las letras, de ilustraciones, de presentaciones y agradecimientos, hizo que el disco se transforme en uno de los mejores del año y de la discoteca.

Fue justamente la muerte del padre lo que hizo que esta cantautora se lance a este nuevo disco, todo lleno de sus propias letras y en varios idiomas. Y en esta época en que el nacionalismo catalán agita la tranquilidad española, qué bueno escuchar que una catalana cante tantos idiomas ibéricos. Como dice el presentador del disco: “Hay quien considera que la Pérez Cruz maneja demasiados palos (copla, fado, bolero, jazz, flamenco…). Pero considera mal, ya que todos son necesariamente sinceros y pertenecen a su sangre. Salvador Espriú -poeta al que la mujer que nos ocupa ha cantado estremecedoramente- aplaudiría, entusiasta y discreto, la convivencia del catalán, castellano, gallego y portugués en una sola voz ibérica y plural”.

Elegir alguna canción para dejar acá no es fácil. Una de mis favoritas en catalán es “Pare meu”, que es la musicalización de Sílvia de un poema de María Cabrera. Otra es “Folegandros”, de su autoría: “Pregunta-li, canta-li, digue-li que no / que no sóc marinera i no bufa el vent”. Recientemente disfruto mucho de “Meu meniño”, esa especie de canción de cuna en gallego, a la que se le suma un fragmento tradicional hecho a coro muy lindo (me recuerda la voz de esos vascos antiguos que escuchaba mi papá). El portugués nunca fue de mi preferencia pero qué lindos esos versos de “Não sei”: “A saudade o que é? / É um coração todo feito de papel”. Y en español ya traje alguna vez la “Memoria de pez”. Pero el éxito en castellano es sin duda la hermosísima “Iglesias”: “Alergias de abril. / Besos de perfil. / Peregrino hacia el fin”.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Tristeza y Adviento

Tendrá que pasar el tiempo para que sanen las heridas de algunas tristezas. Para que en los corazones pueda hacerse lugar el sentimiento de gratitud por las personas que estuvieron con nosotros.

Quizás se pueda esperar algo de eso del Adviento. Porque preparándonos para la Navidad nos acercamos al misterio de la salvación. La Navidad es el comienzo de la historia de la salvación, es decir, el comienzo del fin de la muerte.

Así lo canta el "El cant dels ocells" (El canto de los pájaros), canción popular navideña catalana. Aprovechemos para escuchar esta versión de Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró, en donde se hacen las siguientes estrofas:

(clic)
En veure despuntar el major lluminar en la nit més ditxosa,
els ocellets cantant a festejar-lo van amb sa veu melindrosa.
Al ver despuntar el mayor resplandor en la noche más dichosa
los pajaritos van a cantarle con su melosa voz.

L'àliga imperial pels aires va voltant, cantant amb melodia,
dient: 'Jesús és nat per treure'ns de pecat i dar-nos l'Alegria'.
El águila imperial va por los aires, cantando con melodía,
diciendo: Jesús ha nacido para librarnos del pecado y darnos la Alegría.

Cantava el passerell: 'Oh, que formós i que bell és l'Infant de Maria!'.
I lo alegre tord: 'Vençuda n'és la mort, ja neix la Vida mia'.
Cantaba el pardillo: ¡Oh, qué hermoso y qué bello es el Hijo de María!
Y el tordo alegre: Vencida ha sido la muerte, ya nace mi Vida.