martes, 12 de junio de 2018

¿En quién confiamos?

Es cierto. No lo vemos a Dios. (Ni lo tocamos, ni lo detectamos con rayos equis o gamma). ¡Y es una objeción que parece tan fuerte! ¡Un reclamo en cierta forma tan justo de parte del que no tiene fe! Pero, ¿por qué confiar menos en un instinto o en una intuición (o en el que llaman el “sentido religioso”), que en los sentidos? Al fin de cuentas, si se tratara de engaños, ¿por qué no es un mayor engaño el de los sentidos? Si Dios existe en otra dimensión que la nuestra, ¿por qué confiar su búsqueda a órganos que solo trabajan en esta?
Y si no aceptamos que existe otra dimensión que la nuestra; si no aceptamos tampoco la existencia del alma; si creemos que la conciencia, que todo en el hombre es biología, más aún el caso aplica. Si todo fuera biología, un "instinto religioso" podría ser más confiable que los sentidos. ¿Por qué no? Sería tan biológico como los sentidos. Con la misma posibilidad de error. O quizás menos. Porque hasta pareciera ser un sentido más complejo. Ahí tenemos a la vista, que ni sabía que existía el infrarrojo y el ultravioleta. O al oído, que no escuchaba nada y se preguntaba por qué ladraban los perros.

No hay comentarios.: