viernes, 24 de enero de 2020

2019

Este año ya no armaremos una selección mezclada sino que presentaremos a los intérpretes, los ya conocidos y los nuevos, con unos enlaces a sus canciones o videos.

Pomplamoose
Bulletproof [La Roux]
Shallow [Lady Gaga, Bradley Cooper]
Sweet Dreams + White Stripes mashup [Eurythmics/The White Stripes]

Sílvia Pérez Cruz
Asa Branca [Humberto Teixeira]
The sounds of silence [Simon&Garfunkel] SPC & Javier Colina
El corazón es agua [Miguel Hernández/Toti Soler]

Natalie Merchant
Tiny Desk Concert de NPR

David Rawlings
Monkey and the engineer [Grateful Dead]
Money is the meat of the coconut
Pilgrim (You can’t go home)
Ruby
The weekend
Airplane
Why she needs me

Of Monsters And Men
Dirty paws
Little talks
King and lionheart

The Oh Hellos
Like the dawn
Lay me down
Wishing well
Soldier, poet, king

Julia y Carlos Moscardini
Campo nuestro [Girondo/Moscardini]
¡Ay, provincia tendida! [Lanusse/Moscardini]

Alice Phoebe Lou
Walk in the wild side [Lou Reed]
Bongo bong [Manu Chao]
She
Your love gets sweeter [Finley Quaye]

Lake Street Dive
Lola [The Kinks]
What about me
Mistakes
Hang on
I don’t care about you
What am I doing here
Call of your dogs
Good kisser
Rich girl [Hall & Oates]
Let me roll it [Linda and Paul McCartney]

Larkin Poe
Hard time killin’ floor blues [Skip James]
Trouble in mind
Bleach blonde bottle blues

Talking Heads
Life during wartime

Connie Converse
Talkin’ like you (Two tall mountains)

Malinda
Music box

Juana Molina
Eras

Paul Ansell’s Number Nine (en la película “Mr Morgan’s last love”)
Walking back to baby’s arms

Luna Monti-Juan Quintero
Este Manuel que yo canto [Jorge Marziali]

martes, 21 de enero de 2020

Del tiempo y otras cosas con Manuel Castilla (II)

(Septiembre 2018. Advertencia: en esta parte van largos divagues personales de dudosa calidad y poco de Castilla)

La vida es corta, dicen. Se referirán a que pasa rápido. Porque nunca escuché a ningún anciano pidiendo más tiempo para hacer más cosas. Parece haber suficiente tiempo. Mucho tiempo. Al menos para poder hacer lo necesario. Más que llenarlo con actividades hay que dejarlo tranquilo.

El tiempo es inmanejable y a cualquier cosa o actividad que se encargue de administrarlo o, aparentemente, manejarlo, hay que tomarla como una necesidad más, casi una necesidad básica pero justamente por eso no tomarla como lo más importante de la vida. Dormir, comer, o descartar lo excedente, son actividades inevitables, pero no por eso sublimes, sino todo lo contrario. Casi ese mismo lugar deben ocupar toda las actividades que manipulan, organizan, acomodan el tiempo.
Los procesos, los horarios, los protocolos, están muy bien. Pero más importantes son la reflexión, la contemplación, la religión, la fe.
Hoy es común que se valore la importancia de un buen sueño, de un buena comida, etcétera.
Percibamos qué importancia se les da a estas necesidades básicas, a las cosas que no son sino los medios para lograr otra mayores. Pero veamos qué poco se comenta la importancia de las cosas mayores, las necesidades del espíritu.
Queremos estar bien físicamente solamente para no morir, nunca para reflexionar sobre la muerte. Queremos estar bien para no sufrir y eso no está mal. Pero si escapamos del sufrimiento a cualquier precio quizás nos perdamos las oportunidades de entender la vida y dar a las cosas su verdadera importancia.

El tiempo es más fuerte que nosotros. Es claro que se necesita fe, se necesita creer en un sentido de las cosas para poder entregarse al tiempo.

“[Al tiempo] Se le veía sólo mirando largo un mismo punto, que podía ser el tronco del arrayán. Era oscuro su cuerpo y tenue. La luz, como una mano de oro, lo iba retirando de la madera. Y él cedía su lugar, callado, casi solícito. Después ya todo su sitio estaba iluminado. Y había que bajar los ojos al suelo por donde también comenzaba su retirada, entre hojarasca quebradiza y perros que la pisaban a trechos. Así, hasta que se iba lejos, más allá de los cercos y desaparecía. Entonces venía la noche. pero algo del tiempo había quedado en los rincones y en la cisterna. y uno volvía a notar su presencia, sus ruidos”.

Nos quedamos charlando en el living mientras la luz del día se iba apagando. Hay un enorme ventanal. Fue como cuando uno se queda en la playa, en un jardín, una quinta o en el campo. Es una linda sensación la de sentir el atardecer. ¿Será como una buena muerte, como una muerte en paz?

(Continuará)

viernes, 3 de enero de 2020

Toda la vida grita la Verdad

Al final uno aprende cosas, aunque parezca que no.

Mis reflexiones espirituales venían por el lado del deseo de felicidad, de la necesidad de un sentido de la vida y de las posturas frente a eso. Un ateo que no lo valora y asume con supuesta valentía una presumible realidad en que todo es un engaño. Y un creyente que decide creer en lo que le dicen sus entrañas, creer en su propio deseo de felicidad y eternidad.

En eso estaba cuando, en el último día del año, me mandan un mensaje. Murió la mamá de un viejo amigo. El segundo día del año nuevo me voy al entierro en un parque muy lindo y allí, junto al cuerpo ya descendido, algunos viejos conocidos cantan una canción. Cuando llega el estribillo me doy cuenta que la recordaba:

Toda la vida grita la Verdad:
que Su Presencia en nosotros está.
En el milagro de la comunión,
única forma de liberación.

Me emocioné. Y entonces venía la segunda parte:

El corazón no se conforma
con gritos muertos de infinito,
el corazón quiere la eternidad
para gritarla en sus latidos.

Eso era justamente lo que, de alguna u otra forma, venía reflexionando en los últimos tiempos. No fue una casualidad pero no solo porque las casualidades no existen. Es que no fue algo nuevo. No fue algo que vino ahora a coincidir con algo anterior (mis reflexiones de los últimos tiempos). El canto estaba antes. Esas palabras ya estaban en mí antes. Las haya o no entendido alguna vez, las había cantado muy seguido. Las haya sentido en carne propia antes o no (probablemente no), sirvieron de germen a mis más nuevos pensamientos.

Fue un reencuentro, con el amigo y con Dios en mi alma.

Al final uno había aprendido cosas, aunque pareciera que no.

* Toda la vida es una canción de Claudia Álvarez que se canta en el movimiento Comunión y Liberación