Mi esposa tuvo el buen tino de regalarme las "Impresiones irlandesas" de Chesterton. Es genial leer a Chesterton escribiendo sobre cualquier tema, aún los más desconocidos. Es cierto que es difícil comprender las alusiones a la "actualidad de la época", a todos esos personajes hoy y aquí desconocidos, y es cierto que es difícil traducir sus juegos de palabras (o de sentidos) y más aún su forma poética de decir las cosas.
Y algo más. Suele encarar los temas a veces no tan linealmente sino como abriendo varias puertas a la vez. Y se requiere tener presentes todas esas cosas para poder después unirlas en una conclusión. Pero una vez que lo entendiste, es genial. Y las reflexiones se pueden aplicar a distintos temas, no solo al del libro. Por suerte el libro contiene una introducción. Y esta edición de Agape varias notas. De las que ayudan a entender, pero también a relacionar con otras cosas.
Voy a copiarles un fragmento solo por las notas:
"(...) Ni tampoco soy tan insensible como para no verme llevado, por una imaginativa simpatía, con el instinto de la poesía irlandesa moderna que alaba este orden primordial y misterioso, incluso como una especie de paraíso pagano; y eso, sin ver esa leyenda como un tipo de mentira, sino una tradición como un tipo de verdad (62). Y esto no es sino otro indicio de sugerencia, grande pero escondida, de que la civilización es más antigua que la barbarie (63); y cuánto más lejos nos remontamos hacia los orígenes paganos, más nos acercamos al origen cristiano de la Caída..."
"62. Es extraordinaria ver aquí, en apretada síntesis, lo que C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien desarrollarían, pocos años después, sobre el valor y el papel de la tradición y del relato mítico como explicación de hechos verdaderos. Ambos, especialmente, Lewis, afirmarían la importancia de Chesterton en su camino intelectual, incluso, el camino de su conversión.
63. Idea que Chesterton desarrollará, con gran amplitud, en The everlasting man (El hombre eterno)".
Y ahora otros fragmentos interesantes:
"La única excusa de la literatura es hacer nuevas las cosas; y la mayor desgracia del periodismo es que tiene que hacerlas viejas. Lo que se hace con prisas acaba saliendo gastado".
"A menudo he hecho lo poco que he podido para corregir la trampa cansina de dar las cosas por hechas: más aún, porque ni siquiera es tenerlas por dadas. Es tomarlas sin gratitud, esto es, categóricamente como no regaladas".
("I have often done the little I could to correct the stale trick of taking things for granted: all the more because it is not even taking them for granted. It is taking them without gratitude; that is,
emphatically as not granted").
Las dos próximas tienen que ver con lo distinto que son Irlanda, con sus campesinos dueños de su tierra, y el sistema capitalista de empleadores y empleados en Inglaterra.
"Cualquier intento, imperial o internacional, de juntar a estos campesinos con esa cosa gigantesca y amorfa que llaman el trabajo, son parte de la ilusión cosmopolita que ve a la humanidad como un mapa".
"Sentían que ellos mismos estaban luchando contra los socialistas con tanta ferocidad como cualquier capitalista; pero ellos no solo sabían contra lo que estaban luchando sino también a favor de qué estaban luchando; y eso es más de lo que sabe el capitalista".
"Es estricta y sobriamente cierto que cualquier campesino, en un cabaña de barro en el condado de Clare, cuando llama Michael a su hijo, puede comprender el sentido de aquella presencia que golpeó a Satanás, los brazos y el plumaje del paladín del paraíso. Dudo que sea tan sobrecogedoramente probable que cualquier oficinista en cualquier villa en Clapham Common, cuando bautiza a su hijo John tenga una visión de la santa águila del Apocalipsis, o siquiera del vaso místico del discípulo a quien Jesús amaba. Frente a este simple hecho no tengo ninguna duda sobre cuál es el hombre más culto; e incluso la lectura del Daily Mail no equilibra la balanza. Se dice a menudo, y quizás con razón, que el campesino llamado Michael no puede escribir su propio nombre. Pero es igualmente cierto que el oficinista llamado John no puede leer el suyo".
"En Irlanda un hombre lleva la casa familiar consigo como un caracol; y el fantasma de su padre le sigue como una sombra. Todo lo bueno y malo que se puede decir se dice, no sólo sobre Murphy sino sobre los Murphy".
"Se supone que la caridad hace a un hombre dependiente; aunque en realidad le hace independiente, comparado con la dependencia cansina que suelen producir las organizaciones. La caridad da propiedad, y por lo tanto libertad. Hay algo manifiestamente más emancipador en dar a un mendigo un chelín para que se lo gaste que en mandar tras él a un oficial para que lo gaste por él".
"Los aliados tenían más razón de lo que creían. Más aún, casi no tenían derecho de tener tanta razón. La Babilonia moderna de estados capitalistas no merecía ir en tal cruzada contra los infieles; como quizá un Bizancio decadente no merecería defender la Cruz contra la Media Luna. Pero nos alegramos de que sí la defendiera".
“Pero al margen del crédito o simpatía que se deba al culto de los orígenes celtas, en su justa medida, ninguna de estas cosas evitan realmente que el celtismo se convierta en un imperialismo bárbaro como el teutonismo. Lo que evita el imperialismo es el nacionalismo. Precisamente porque Alemania no era una nación fue por lo que deseó, más y más, ser un imperio. Porque un patriota es una especie de amante, y un amante, una especie de artista; y el artista siempre amará la forma lo suficiente como para no desear verla amorfa, aunque fuera para crecer. A un grupo de tribus teutónicas no les importará cuantas otras tribus destruyan o absorban; y las tribus celtas pueden haberse comportado, cuando eran paganas, que yo sepa, de la misma manera. Pero la civilizada nación irlandesa, parte y producto de la Cristiandad, desde luego que no tiene ningún deseo de verse entrelazada con otras tribus o ver sus fronteras difuminadas con grandes manchas como Liverpool y Glasgow, ni como Belfast. En ese sentido, es demasiado consciente de sí misma como para ser egoísta. Su individualidad puede como sugeriré, hacer que sea demasiado insular; no la hará demasiado imperial. Esto es un mérito del nacionalismo muy poco apreciado; que incluso lo que se llama su estrechez no es una mera barrera contra la invasión, sino también una barrera contra la expansión. Por tanto, con todos mis respetos hacia los celtas prehistóricos, me siento más a gusto con el caballero cristiano bueno, aunque en ocasiones loco, del movimiento de la Joven Irlanda, o incluso de la rebelión de Pascua”.
"Un sacerdote católico, tras una conversación alegre y bastante bien vino, le dijo en confidencia: 'Usted debería ser católico. Podría salvarse sin ser católico; pero sin serlo no puede ser irlandés'".
"El político moderno conduce su vida pública en privado. En ocasiones tiene la condescendencia de compensarlo fingiendo que conduce su vida privada en público. Pondrá a su bebé o a su libro de cumpleaños en los periódicos ilustrados; son sus negocios con los millones colosales de los millonarios cosmopolitas los que mete en su bolsillo o en su casa fuerte privada".
“No estoy seguro en absoluto de que los soldados sean peores gobernantes que los abogados y los mercaderes; y estoy bastante seguro de que una nación tiene el derecho de dar poderes anormales a sus soldados en tiempos de guerra. Solo digo que un soldado, si es un soldado sensato, sabrá qué es lo que está haciendo y por tanto lo qué no puede hacer; que no puede amordazar a un hombre y luego interrogarle, igual que no puede volarle los sesos y convencer a su inteligencia. Puede que haya -y hablando de hombres las hay seguro- un montón de injusticias en el gobierno militarista de Irlanda. El militarismo en sí puede ser la menor de ellas; pero seguro que supone el encubrimiento de las demás”.
"Pero incluso los que lo dudan, y dicen que los irlandeses no tienen ningún agravio concreto sino sólo un sentimiento nacionalista, caen en un error final y muy serio sobre la naturaleza de la cosa llamada nacionalismo, e incluso en el significado de la palabra 'concreto'. Pues la verdad es que, al hablar de una nación, lo que es más abstracto de todo también es lo que es más concreto de todo".
"El imperialismo no es la locura del patriotismo; es simplemente la ilusión del cosmopolitismo".
“Ciertamente, los irlandeses son muy poéticos, en un sentido decisivo; en dar un reconocimiento social especial y serio a la poesía. A veces me he recreado en la fantasía de que los hombres en la Edad de Oro podían hablar espontáneamente en verso; y es realmente cierto que la mitad de los irlandeses hablan en verso. Citar se vuelve recitar. Pero es demasiado rítmico como para parecerse a nuestras recitaciones teatrales. Este es uno de mis recuerdos más claros y más agradables, y también una de las razones más definibles por las que me he sentido extraordinariamente feliz en Dublín. Era un paraíso de poetas, en el que un hombre que puede sentir la inclinación de mencionar un libro o dos de El Paraíso Perdido o ilustrar su significado con la balada completa del Marinero Anciano siente que se le entenderá mejor que en cualquier otro lugar”.
"Es el simple placer de pensar extravagantemente bien de uno mismo; y una indulgencia ilimitada en ese placer es más debilitante que cualquier indulgencia en la bebida o disipación. Pues constituye construye tan completamente un cosmos irreal alrededor del ego, que la crítica del mundo no se puede sentir ni siquiera para propósitos mundanos".
"Una religión no es la iglesia a la que va un hombre, sino el universo en el que vive".
“Y un error más generalizado aún era la idea de que los irlandeses del sur soñaban y no trabajaban. Yo señalé que esto también contradecía la experiencia concreta; pues en todo el mundo, un hombre que tiene una pequeña granja tiene que trabajar realmente duro.
Como hecho histórico, la antigua noción de que el campesino irlandés no trabajaba sino que sólo soñaba tenía una explicación sencilla. Significaba simplemente que no trabajaba para beneficiar a un capitalista; sino que soñaba en trabajar algún día en beneficio propio”.
“Es justo que los hombres tengan casas, justo que tengan tierras y justo que tengan leyes para proteger la tierra; pero todas estas cosas son sólo maquinaria para hacer el ocio y para trabajar la tierra. La casa sólo es un escenario hecho por los carpinteros para representar lo que el Sr. W.B. Yeats ha llamado «el drama del hogar». Las cosas más dramáticas ocurren en casa, desde nacer hasta morir. Lo que piensa un hombre sobre estas cosas es su vida; y sustituirlos por un ajetreo de legislación electoralista es deambular entre las pantallas y bambalinas en el lado equivocado del decorado de cartón; y nunca llegar a actuar en la obra. Pues esta obra siempre es una obra milagrosa; y el nombre de su héroe es Todohombre”.