domingo, 21 de marzo de 2021

Vergüenza del trabajo

Cuando alguien nos dice "¿por qué no nos contás nada de tu trabajo?" podemos traer a colación lo que dijo Pemán (Ensayos andaluces) del jardinero del ayuntamiento, un tal Lucas, quien cuidaba las flores como hablando con ellas, que sobre ellas todo sabía y que, por eso de que "siempre" había trabajado allí, se le hacía a Pemán como una criatura mítica.

A Lucas le habían ofrecido otros trabajos mejores, pero él invariablemente quería quedarse allí, donde estaba solo. "Y es que Lucas tiene un concepto andalucísimo y orsiano del trabajo. Dice que el 'comerás el pan con el sudor de tu frente' es, para el hombre, como el 'parirás con dolor', para la mujer: un castigo de Dios, una pena, una vergüenza. El hombre debe, pues, tener el pudor de su trabajo, como la mujer lo tiene de su parto. Debe ocultar avergonzado su tarea. Por eso él, sin plebeyos e impúdicos sudores, ha discurrido ganar el pan paseando dignamente entre sus claveles y rosas".

Esto me hace pensar dos cosas. Dicen que antes se ocultaba el embarazo por pudor. A veces se entendía mal ese pudor. Para algunos remitía a una vergüenza de la unión sexual, que era vergonzosa debido al pecado original, que erróneamente decían que era, al decir de la vieja Cloto, cuando “Adán y Eva le hicieron a Dios aquella porquería en el Paraíso” (Adán Buenosayres, Leopoldo Marechal).

Pero además del pudor naturalmente humano, habría otro fondo, de una vergüenza legítima de algún modo, la vergüenza de ser un ser caído. El embarazo es el paso previo al parir con dolor, esa amonestación que recibimos cuando fuimos expulsados. Que más que una vergüenza, porque sabemos que Dios redime nuestra vida, es una tristeza del "recuerdo de aquella vez". En conclusión, puede haber una vergüenza también de tener que 'sudar la frente' (en forma literal o en forma simbólica para otros esfuerzos) para conseguir el pan. ¿Por qué no? Es un noble sentimiento.

Corolario: El concepto del trabajo ha perdido esa noción. El trabajo en muchas culturas se asocia al ahorro y a la riqueza. Esto no es necesariamente una ventaja o un avance. Lo es solo para quien quiere desembarazarse de un vínculo con Dios y no ve al hombre como un ser caído (de una perfección a la cual aún debe aspirar). Porque no es exacto que el trabajo sea un "castigo" o una pena (al que luego el hombre moderno debe, "superando" la idea de Dios, considerar de otra manera). El trabajo no es penoso, pues había trabajo en el Edén. La pena es el esfuerzo que exige el trabajo en este mundo.

martes, 16 de marzo de 2021

Impresiones irlandesas (contiene algunos otros comentarios sobre cómo es para mí leer a Chesterton)

Mi esposa tuvo el buen tino de regalarme las "Impresiones irlandesas" de Chesterton. Es genial leer a Chesterton escribiendo sobre cualquier tema, aún los más desconocidos. Es cierto que es difícil comprender las alusiones a la "actualidad de la época", a todos esos personajes hoy y aquí desconocidos, y es cierto que es difícil traducir sus juegos de palabras (o de sentidos) y más aún su forma poética de decir las cosas.

Y algo más. Suele encarar los temas a veces no tan linealmente sino como abriendo varias puertas a la vez. Y se requiere tener presentes todas esas cosas para poder después unirlas en una conclusión. Pero una vez que lo entendiste, es genial. Y las reflexiones se pueden aplicar a distintos temas, no solo al del libro. Por suerte el libro contiene una introducción. Y esta edición de Agape varias notas. De las que ayudan a entender, pero también a relacionar con otras cosas.

Voy a copiarles un fragmento solo por las notas:
"(...) Ni tampoco soy tan insensible como para no verme llevado, por una imaginativa simpatía, con el instinto de la poesía irlandesa moderna que alaba este orden primordial y misterioso, incluso como una especie de paraíso pagano; y eso, sin ver esa leyenda como un tipo de mentira, sino una tradición como un tipo de verdad (62). Y esto no es sino otro indicio de sugerencia, grande pero escondida, de que la civilización es más antigua que la barbarie (63); y cuánto más lejos nos remontamos hacia los orígenes paganos, más nos acercamos al origen cristiano de la Caída..."

"62. Es extraordinaria ver aquí, en apretada síntesis, lo que C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien desarrollarían, pocos años después, sobre el valor y el papel de la tradición y del relato mítico como explicación de hechos verdaderos. Ambos, especialmente, Lewis, afirmarían la importancia de Chesterton en su camino intelectual, incluso, el camino de su conversión.

63. Idea que Chesterton desarrollará, con gran amplitud, en The everlasting man (El hombre eterno)".
Y ahora otros fragmentos interesantes:
"La única excusa de la literatura es hacer nuevas las cosas; y la mayor desgracia del periodismo es que tiene que hacerlas viejas. Lo que se hace con prisas acaba saliendo gastado".
"A menudo he hecho lo poco que he podido para corregir la trampa cansina de dar las cosas por hechas: más aún, porque ni siquiera es tenerlas por dadas. Es tomarlas sin gratitud, esto es, categóricamente como no regaladas".
("I have often done the little I could to correct the stale trick of taking things for granted: all the more because it is not even taking them for granted. It is taking them without gratitude; that is, emphatically as not granted").
Las dos próximas tienen que ver con lo distinto que son Irlanda, con sus campesinos dueños de su tierra, y el sistema capitalista de empleadores y empleados en Inglaterra.
"Cualquier intento, imperial o internacional, de juntar a estos campesinos con esa cosa gigantesca y amorfa que llaman el trabajo, son parte de la ilusión cosmopolita que ve a la humanidad como un mapa".
"Sentían que ellos mismos estaban luchando contra los socialistas con tanta ferocidad como cualquier capitalista; pero ellos no solo sabían contra lo que estaban luchando sino también a favor de qué estaban luchando; y eso es más de lo que sabe el capitalista".
"Es estricta y sobriamente cierto que cualquier campesino, en un cabaña de barro en el condado de Clare, cuando llama Michael a su hijo, puede comprender el sentido de aquella presencia que golpeó a Satanás, los brazos y el plumaje del paladín del paraíso. Dudo que sea tan sobrecogedoramente probable que cualquier oficinista en cualquier villa en Clapham Common, cuando bautiza a su hijo John tenga una visión de la santa águila del Apocalipsis, o siquiera del vaso místico del discípulo a quien Jesús amaba. Frente a este simple hecho no tengo ninguna duda sobre cuál es el hombre más culto; e incluso la lectura del Daily Mail no equilibra la balanza. Se dice a menudo, y quizás con razón, que el campesino llamado Michael no puede escribir su propio nombre. Pero es igualmente cierto que el oficinista llamado John no puede leer el suyo".
"En Irlanda un hombre lleva la casa familiar consigo como un caracol; y el fantasma de su padre le sigue como una sombra. Todo lo bueno y malo que se puede decir se dice, no sólo sobre Murphy sino sobre los Murphy".
"Se supone que la caridad hace a un hombre dependiente; aunque en realidad le hace independiente, comparado con la dependencia cansina que suelen producir las organizaciones. La caridad da propiedad, y por lo tanto libertad. Hay algo manifiestamente más emancipador en dar a un mendigo un chelín para que se lo gaste que en mandar tras él a un oficial para que lo gaste por él".
"Los aliados tenían más razón de lo que creían. Más aún, casi no tenían derecho de tener tanta razón. La Babilonia moderna de estados capitalistas no merecía ir en tal cruzada contra los infieles; como quizá un Bizancio decadente no merecería defender la Cruz contra la Media Luna. Pero nos alegramos de que sí la defendiera".
Pero al margen del crédito o simpatía que se deba al culto de los orígenes celtas, en su justa medida, ninguna de estas cosas evitan realmente que el celtismo se convierta en un imperialismo bárbaro como el teutonismo. Lo que evita el imperialismo es el nacionalismo. Precisamente porque Alemania no era una nación fue por lo que deseó, más y más, ser un imperio. Porque un patriota es una especie de amante, y un amante, una especie de artista; y el artista siempre amará la forma lo suficiente como para no desear verla amorfa, aunque fuera para crecer. A un grupo de tribus teutónicas no les importará cuantas otras tribus destruyan o absorban; y las tribus celtas pueden haberse comportado, cuando eran paganas, que yo sepa, de la misma manera. Pero la civilizada nación irlandesa, parte y producto de la Cristiandad, desde luego que no tiene ningún deseo de verse entrelazada con otras tribus o ver sus fronteras difuminadas con grandes manchas como Liverpool y Glasgow, ni como Belfast. En ese sentido, es demasiado consciente de sí misma como para ser egoísta. Su individualidad puede como sugeriré, hacer que sea demasiado insular; no la hará demasiado imperial. Esto es un mérito del nacionalismo muy poco apreciado; que incluso lo que se llama su estrechez no es una mera barrera contra la invasión, sino también una barrera contra la expansión. Por tanto, con todos mis respetos hacia los celtas prehistóricos, me siento más a gusto con el caballero cristiano bueno, aunque en ocasiones loco, del movimiento de la Joven Irlanda, o incluso de la rebelión de Pascua”.
"Un sacerdote católico, tras una conversación alegre y bastante bien vino, le dijo en confidencia: 'Usted debería ser católico. Podría salvarse sin ser católico; pero sin serlo no puede ser irlandés'".
"El político moderno conduce su vida pública en privado. En ocasiones tiene la condescendencia de compensarlo fingiendo que conduce su vida privada en público. Pondrá a su bebé o a su libro de cumpleaños en los periódicos ilustrados; son sus negocios con los millones colosales de los millonarios cosmopolitas los que mete en su bolsillo o en su casa fuerte privada".
“No estoy seguro en absoluto de que los soldados sean peores gobernantes que los abogados y los mercaderes; y estoy bastante seguro de que una nación tiene el derecho de dar poderes anormales a sus soldados en tiempos de guerra. Solo digo que un soldado, si es un soldado sensato, sabrá qué es lo que está haciendo y por tanto lo qué no puede hacer; que no puede amordazar a un hombre y luego interrogarle, igual que no puede volarle los sesos y convencer a su inteligencia. Puede que haya -y hablando de hombres las hay seguro- un montón de injusticias en el gobierno militarista de Irlanda. El militarismo en sí puede ser la menor de ellas; pero seguro que supone el encubrimiento de las demás”.
"Pero incluso los que lo dudan, y dicen que los irlandeses no tienen ningún agravio concreto sino sólo un sentimiento nacionalista, caen en un error final y muy serio sobre la naturaleza de la cosa llamada nacionalismo, e incluso en el significado de la palabra 'concreto'. Pues la verdad es que, al hablar de una nación, lo que es más abstracto de todo también es lo que es más concreto de todo".
"El imperialismo no es la locura del patriotismo; es simplemente la ilusión del cosmopolitismo".
“Ciertamente, los irlandeses son muy poéticos, en un sentido decisivo; en dar un reconocimiento social especial y serio a la poesía. A veces me he recreado en la fantasía de que los hombres en la Edad de Oro podían hablar espontáneamente en verso; y es realmente cierto que la mitad de los irlandeses hablan en verso. Citar se vuelve recitar. Pero es demasiado rítmico como para parecerse a nuestras recitaciones teatrales. Este es uno de mis recuerdos más claros y más agradables, y también una de las razones más definibles por las que me he sentido extraordinariamente feliz en Dublín. Era un paraíso de poetas, en el que un hombre que puede sentir la inclinación de mencionar un libro o dos de El Paraíso Perdido o ilustrar su significado con la balada completa del Marinero Anciano siente que se le entenderá mejor que en cualquier otro lugar”.
"Es el simple placer de pensar extravagantemente bien de uno mismo; y una indulgencia ilimitada en ese placer es más debilitante que cualquier indulgencia en la bebida o disipación. Pues constituye construye tan completamente un cosmos irreal alrededor del ego, que la crítica del mundo no se puede sentir ni siquiera para propósitos mundanos".
"Una religión no es la iglesia a la que va un hombre, sino el universo en el que vive".
“Y un error más generalizado aún era la idea de que los irlandeses del sur soñaban y no trabajaban. Yo señalé que esto también contradecía la experiencia concreta; pues en todo el mundo, un hombre que tiene una pequeña granja tiene que trabajar realmente duro. Como hecho histórico, la antigua noción de que el campesino irlandés no trabajaba sino que sólo soñaba tenía una explicación sencilla. Significaba simplemente que no trabajaba para beneficiar a un capitalista; sino que soñaba en trabajar algún día en beneficio propio”.
“Es justo que los hombres tengan casas, justo que tengan tierras y justo que tengan leyes para proteger la tierra; pero todas estas cosas son sólo maquinaria para hacer el ocio y para trabajar la tierra. La casa sólo es un escenario hecho por los carpinteros para representar lo que el Sr. W.B. Yeats ha llamado «el drama del hogar». Las cosas más dramáticas ocurren en casa, desde nacer hasta morir. Lo que piensa un hombre sobre estas cosas es su vida; y sustituirlos por un ajetreo de legislación electoralista es deambular entre las pantallas y bambalinas en el lado equivocado del decorado de cartón; y nunca llegar a actuar en la obra. Pues esta obra siempre es una obra milagrosa; y el nombre de su héroe es Todohombre”.

sábado, 13 de marzo de 2021

Al comentarista anónimo

Totalmente confirmado. Es usted. Quizás exagero si digo que siempre lo supe. Y ahora, días después del comentario en el que dudé si era usted, no entiendo por qué me resultó tan extraño que lo fuera...

(Me siento como cuando la gente se comunicaba, tipo Sherlock Holmes, con avisos en el diario. Publico aquí mi primera entrada-respuesta, la respuesta a un comentario que pidió no ser publicado. ¿Quién dijo que no hay nada nuevo en los blogs después de tantos años?)

Muy linda foto, muy linda familia. El gesto ancestral: inequívoco. Lo original de esta generación: lo toma por un canto corto y lo lleva suelto.

domingo, 7 de marzo de 2021

Men

No uno en particular.
Aunque se hable en singular.
Sino un tipo.

Nowhere man / The Beatles


Sinnerman / Nina Simone

Gracias a comentarista sr. Tito se incorpora:

No van profesiones (ice cream man, tambourine man, etc.), pero es difícil no pasar a las que hablan del hombre en general...


Baguala del desengaño / Jacinto Piedra

La pucha con el hombre / Los Carabajal

Y de yapa el “Man of a thousand faces”, pero el de Regina Spektor, que no sé si habla de alguien en particular o de qué.

Y de yapa bis el "Nowhere man" en versión de Natalie Merchant. Que si hubiera sido solo un homenaje a John Lennon ni lo ponía, pero si vemos que ella parece que va a llorar (como digo yo) es porque se transformó en homenaje a las víctimas del atentado a las Torres Gemelas.

lunes, 1 de marzo de 2021

Extractos de "Godos, insurgentes y visionarios"

Del ensayo "Godos, insurgentes y visionarios", el venezolano Arturo Uslar Pietri.
“Oscar Wilde, en una forma no enteramente paradójica, dijo que la naturaleza imita al arte. O por lo menos el arte hace ver la naturaleza de una manera distinta y nueva. Sin exagerar, podríamos añadir que la historia imita a las ideologías. Nunca se ha logrado que una ideología reemplace o cambie enteramente una realidad histórica, pero logra alterarla significativamente y termina por cambiar el sentido que de su propia experiencia vital tienen las colectividades”.
“Como lo ha señalado Giuseppe Prezzolini el Renacimiento no fue, en el fondo, otra cosa que la italianización de Europa, que fue paulatina, pero efectiva, desde el siglo XIV hasta el XVI, desde Dante y Petrarca hasta la corte florentina de Lorenzo el Magnífico. Cada nación recibió esta influencia a su manera. En España tenía que españolizarse, pero es significativo que en la difusión de la gran nueva y en su primera y perdurable interpretación desempeñan un papel protagónico tres italianos: Colón, Pedro Mártir de Anglería y Amérigo Vespucci”.
“Lo que había habido en España hasta esa hora había sido un estado de guerra civil, larvada o abierta, entre constitucionales y ‘serviles’. Lo que pasa en América representa otra faz del mismo enfrentamiento. (...) No era España, a los ojos de los libertadores, una potencia extranjera que había venido a sojuzgar su país e imponerle una cultura extraña. Los americanos se consideraban tan españoles como los peninsulares y su relación con la corona no era menor ni diferente a la que tenían con ella los distintos reinos de la península. Lo que ocurría en España para entonces, era una guerra civil, y lo que ocurrió en América fue el traslado y la continuación de ese mismo conflicto, entre la misma gente, en otro escenario geográfico. La mayor dificultad con la que tropezó Bolívar en los comienzos no fue otra que la de darle un carácter nacional a la guerra contra el régimen (...)”.
“Si pasáramos revista a las constituciones, frecuentes y muy parecidas, que las naciones hispanoamericanas adoptaron a todo lo largo del siglo XIX, encontraríamos, para sorpresa nuestra, que a pesar de que lo que predominó en casi todas partes fue la dictadura caudillista, las constituciones no alteraron en nada su idealista lenguaje liberal y republicano. No hubo instituciones dictatoriales, el ideal democrático nunca fue negado ni reemplazado aun en los más duros regímenes personalistas”.
“Su estilo y su forma de lucha va a sobrevivir por largo tiempo en los caudillos criollos. Los caudillos, llámense Rosas, Facundo, Artigas o Páez y sus sucesores van a proclamarse liberales y federales. Sarmiento, con poco acierto, los llamará bárbaros. Representaban para él la barbarie. ¿Qué clase de barbarie frente a las formas externas de una pretendida civilización a la europea que se refugiaba en las ciudades?”
“Ninguna de las largas dictaduras de caudillos que ocurrieron en el siglo XIX osó nunca institucionalizar su forma de gobierno y eliminar del santuario de la Constitución los principios republicanos y democráticos”.
“Cuando un hijo de los Estados Unidos dice ser americano expresa una convicción firme y segura de identidad. No es lo mismo cuando a un hombre de esa otra América de cambiante nombre se le pregunta qué es, o se le designa caprichosamente por alguna de las varias designaciones posibles” [Iberoamericano, hispanoamericano, latinoamericano, etc.]
“Muchos años después de la publicación de las primeras obras que representaban esa novedad, el año de 1949, mientras escribía un comentario sobre el cuento, se me ocurrió decir, en mi libro Letras y hombres de Venezuela: «Lo que vino a predominar... y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de los datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que, a falta de otra palabra, podría llamarse un realismo mágico». ¿De dónde vino aquel nombre que iba a correr con buena suerte? Del oscuro caldo del subconsciente. Por el final de los años 20 yo había leído un breve estudio del crítico de arte alemán Franz Roh sobre la pintura postexpresionista europea, que llevaba el título de Realismo mágico. Ya no me acordaba del lejano libro pero algún oscuro mecanismo de la mente me lo hizo surgir espontáneamente en el momento en que trataba de buscar un nombre para aquella nueva forma de narrativa. No fue una designación de capricho sino la misteriosa correspondencia entre un nombre olvidado y un hecho nuevo. Poco más tarde Alejo Carpentier usó el nombre de lo real maravilloso para designar el mismo fenómeno literario. Es un buen nombre, aun cuando no siempre la magia tenga que ver con las maravillas, en la más ordinaria realidad hay un elemento mágico, que sólo es advertido por algunos pocos. Pero esto carece de importancia”.
“Para otros países los conceptos de Adam Smith pudieron convertirse en una doctrina para un futuro mejor, para los ingleses era la descripción de los mecanismos reales de su economía (...) El campesinado del Tercer Mundo es el heredero de creencias, patrones de vida y actitudes mentales completamente diferentes de aquellos que determinaron el fenómeno colectivo del aumento de la productividad del labriego europeo. Pertenecen a culturas que no asocian la idea de riqueza con la del trabajo, ni han tenido nunca la noción del ahorro, su concepción de la riqueza es diferente, la miran como un don mágico mucho más que como un instrumento de producción. La conciben con los ojos de “Las mil y una noches”y no con los de Adam Smith”.
“«¿Qué hay en un nombre?», se preguntaba Shakespeare para que tres siglos más tarde Wittgenstein pudiera responderle, con igual perplejidad: «¿Cómo es posible representar un mundo no-lingüístico en términos lingüísticos?». Nada es más engañoso, cambiante y ambiguo que los nombres, siempre es oscuro lo que pretendemos expresar con un nombre y su relación con la cosa nombrada no es menos vaga. Nombrar es crear, toda la creación verbal del hombre, que es su mayor hazaña, tiene como base la virtud fecunda de ese descalco que, afortunadamente, no permite que lleguemos a saber todo lo que nombra un nombre, ni hasta dónde representa la cosa nombrada”.
“Sería tarea de psicólogos estudiar la significación de conjuro mágico para apaciguar temores que tenía el hecho de reproducir, en aquella tan distinta realidad física, la toponimia española”.