jueves, 13 de junio de 2024

La vida desde la muerte

Creemos que la muerte no es todo, sino que puede ser el paso a otra vida mejor. Pero cuando se hace tan patente lo efímero de esta vida “de acá” es normal que asumamos por un rato una especie de “perspectiva inversa” que ve la vida desde la muerte.

Quizás los clásicos hayan dicho algo de esto, pero yo no lo sé o no lo recuerdo. Luna Monti y Juan Quintero cantaban en el disco "El matecito de las siete" esa vidala de Raúl Galán y Rolando Valladares que se llama “del último día”. Que seguramente se hizo y se debe cantar pensado en el último día, pero que ella misma tiene una forma de considerar la muerte no como algo del último día sino como algo de toda la vida.

Ya relincha el nuevo día,
caballito de la suerte.
Es un galope la vida
que lleva justo a la muerte.

Ya amanece el nuevo día,
ya la esperanza amanece
y en las ancas de la vida
en silencio va la muerte.

¡Ay!, estrella amanecida,
ramito de albahaca verde,
el camino de la vida
es camino de la muerte.

Ya se escucha amiga mía
la musiquita de siempre.
Para que cante la vida
toca su caja su caja la muerte.

(Esta misma vidala la grabaron los muchachos que hicieron Immigrasons, mezclada con una canción de navidad catalana llamada “El Noi de la Mare”).

Algo parecido me encontré hoy entre las páginas de “La otra Buenos Aires”. Nos cuenta don Delfín Leocadio Garasa:
“En Muertes de Buenos Aires, Borges evoca el nacimiento del cementerio de la Chacarita, nombre ya convertido en inexorable memento de lo que canta la copla intercalada en el poema:

La muerte es vida vivida,
la vida es muerte que viene.

(...) En una glosa posterior recuerda Borges su paseo con el poeta Osvaldo Horacio Dondo por el costado de la Chacarita, “bordeando la erizada pared”. Al pasar delante de un comité político (eran vísperas electorales) fueron invitados a entrar, y allí, mientras saboreaban copitas de caña dulce, bajo el retrato del Caudillo, esfinge adusta, escucharon una copla entonada por un “mozo enlutado, oscuro el achinado rostro sobre el pañuelo dominguero de seda, requintado con precisión el chambergo”.

La vida no es otra cosa
que muerte que anda luciendo.