jueves, 22 de noviembre de 2007

Rappel à l’ordre

“Llamada al orden”. Así llamaba Marechal a su conversión de joven. Que no ha de ser otra que la de Adan Buenosayres frente a la Iglesia de San Bernardo y al Cristo de la mano rota.
Vaya, como contraparte de la entrada anterior, ese credo que no creo tenga igual en otra obra literaria argentina (osado comentario de parte de quien sabe muy poco de literatura argentina; típico porteñismo).

—Señor, confieso en ti al Verbo que, sólo con nombrarlos, creó los cielos y la tierra. Desde mi niñez te he reconocido y admirado en la maravilla de tus obras. Pero sólo me fue dado rastrearte por las huellas peligrosas de la hermosura; y extravié los caminos y en ellos me demoré; hasta olvidar que sólo eran caminos, y yo sólo un viajero, y tú el fin de mi viaje.
(...)

—Señor —insiste ahora en su alma—, también confieso en ti al Verbo que, por amor del hombre, tomó la forma del hombre, asumió su infinita deuda y la redimió en el Calvario. Nunca me fue difícil entender el prodigio de tu encarnación humana y los misterios de tu vida y tu muerte. Pero en tristes caminos malogré y ofendí la inteligencia que me diste como regalo.
(...)

—Señor, ¡no puedo más conmigo! Estoy cansado hasta la muerte. Yo...
(...)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué profundo lo de "No puedo más conmigo". Me parece pura mística católica.

Me ha recordado a Fernado Pessoa: "Envidio a todos por no ser Pessoa". Pura mística atea.

Y, tambien, a la frase divertida que estuvo de moda en Madrid, hace años: "No puedo con mi vida", pura anti-mística vulgar.

Jesús Sanz Rioja dijo...

Espero que no todo sea así en Adán Buenosayres. Es demasiado explícito. Muy ortodoxo y tal, y enhorabuena al autor, pero...

Juan Ignacio dijo...

No, no es todo así. Este momento en particular es muy explícito porque, en fin, es una conversión.

Por otro lado, me quedé pensando, "¿cuán real o cuan dramatizada es?". Es real porque es autobiográfico, pero es muy probable que sea una reflexión sobre la propia conversión. O sea que que no sé si el autor habrá dicho "espontaneamente" eso alguna vez, pero sin duda que lo puede haber escrito en un diario personal, si lo hubera tenido.

Saludos.