Hay situaciones en las que se mezclan un poco de aquello de “en mi época las cosas eran mejores”, otro poco del hábito de quejarse y decir que uno anda mal (para que no le pidan favores o dinero) y otro tanto de otras costumbres humanas.
Cuando me toque nuevamente en la vida diaria observar situaciones como aquellas a las que me refiero, no podré olvidar el siguiente pasaje de Chéjov en “La estepa”. ¡Con qué humor lo pinta el autor, a través de los ojos inocentes de un niño ruso!
Mientras comían, hablaban entre todos. De esa conversación Egórushka sacó la conclusión de que todos, pese a la diferencia de edades y de caracteres, tenían algo en común: todos eran personas con un maravilloso pasado y con un presente muy malo. Sobre el pasado absolutamente todos hablaban con entusiasmo, pero todos despreciaban casi su condición actual. Al ruso le gusta mucho recordar, pero no le gusta vivir. Egórushka no lo sabía aún; por eso, antes de que la comida terminara, llegó a creer firmemente que alrededor del caldero sólo había gente ultrajada y ofendida por el destino.
5 comentarios:
¿Estudiaís en las escuelas argentinas la maravillosa Copla a la muerte de su padre, del español Jorge Manrique? Ahí van los versos iniciales:
“Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor”.
A partir de cierta edad esto es muy cierto, pero no lo es menos que, con la ayuda de Dios, aunque tengamos 70 años, nuestros mejores años pueden estar aún por venir.
La verdad es que no recuerdo haberlas leído por programa escolar, no sé si ahora incluyen la obra...
Pero atención que dice "a nuestro parecer". Yo siempre lo entendí como que no es precisamente verdad que todo tiempo pasado fue mejor pero que sí es lo que pareciera.
Me parece que ese era el espíritu del autor: da igual que la vida, objetivamente, haya ido a mejor, lo que cuenta es la sensación de que todo va decayendo, propia del que se hace mayor.
Como sé que te gusta la buena poesía, te recomiendo que te leas entero este gran clásico de la poesía castellana del siglo XV: por ejemplo, en “http://www.poesia-inter.net/index1.htm”. Aunque España se ha vuelto un país de analfabetos, algunos de los versos de las Coplas han quedado incorporados al habla común de la gente, que los cita sin saber de dónde vienen. Así, por ejemplo, los que copié en la nota anterior, de la Copla I, o éstos, de la III:
“Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir”.
(Ya hemos escalado la primera semana de la Cuaresma).
Hace poco compré en un stand de libros viejos unas obras completas de Manrique y estuve ojeando las coplas. Siguiendo tu consejo me propondré leerlas completas.
Son veinte minutos, no más, y valen la pena.
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