sábado, 28 de marzo de 2009

Sin planearlo, sigo según lo planeado

Los planes de lectura se ven alterados por las más impensables razones, como me pasó con el libro anterior. Pero también se confirman de la forma más inesperada, como me pasó ahora.
Después de seguir razones seudo terapéuticas (desestructuración lo llamé) y anteponer a otros, anteriores en el plan, “Megafón, o la guerra”, leí un artículo de Javier de Navascués sobre el libro. Allí decía: “Como ha estudiado muy bien Podeur, para Marechal ‘dire (ou écrire) c'est faire…’”
Y quedó latente la idea. Al elegir el siguiente libro, estaba seguro que nuevamente se alteraría el plan, ya que había recibido tres regalos y yo doy prioridad a los regalos frente al plan. Pero cuando empecé a hojear estos regalos, no pasaba nada. Así que seguí hojeando los libros que pertenecían al plan. Fue entonces que abrí Ortodoxia, y en la introducción de la peculiar versión que obra en mi poder, un prologuista contaba aquello de que: “Para propulsar el triunfo del Estado distributivo, que debe ser alcanzado por los medios constitucionales (…) Chesterton fundó un semanario, excelente y brillantemente escrito, titulado ‘G.K.’s weekly’…
Dire (ou écrire) c’est faire”, recordé entonces. Porque a mi entender esa frase estaba siendo encarnada también (y quizás de mejor forma) en el genio de Chesterton. Así que por las vías menos esperadas volví a G.K. y al plan. Y otro día les cuento como me fue.

4 comentarios:

Fernando dijo...

Querido JI:

¡¡El placer de tener planes, aunque sólo sea para incumplirlos y sentirse luego culpable!!

No diré lo de “a tu edad”, pero sí que a una edad mía ya pasada, me hacía planes de lectura, como los tuyos. Se trataba de llegar a ser culto, ya sabés. Si leía una historia de Francia y se mencionaba el mercantilismo, anotaba en mi plan de lectura: “Historia de la Economía”. Si leía una Historia de la Iglesia y se citaba a Pascal, anotaba en el plan: “Jansenismo”. Si leía una Historia de la Argentina y se citaba a Perón, anotaba: “Peronismo”. Digamos que yo no podía llegar a viejo sin saber de economía, sin saber del jansenismo, sin saber de Perón, y que cuanto antes lo supiera, mejor.

Ahora, que tengo poca voluntad para leer, que sólo leo (y poco) lo que me apetece, hay una cierta resignación: llegaré a viejo y no sabré nada de economía ni del jansenismo ni de Perón, pero eso tampoco importa, si hablamos seriamente de la vida.

Me impresionó la coincidencia de la frase en francés (no la entendí, hube de mirar el diccionario). Ya lo hemos hablado varias veces, en mi blog: hay coincidencias que no podés achacar sólo a la casualidad, querés pensar que Dios, el Espíritu Santo, está detrás, como si te dijera: “lee a Chesterton, vuelve a su seguridad, a su evidencia de que la fe católica es algo envidiable y claro, a su paz”.

Y, en fin, la gran palabra, “desestructuración”. Aquí, en España, que somos todos algo asesinos, la hemos adaptado a nuestro afán homicida. Cuando alguien dice “voy a hacer un análisis desestructurado de este texto”, significa “lo voy a ridiculizar, voy a ver sus contradicciones y sus incoherencias, voy a explicar cómo no logra sus objetivos intelectuales, y ya de paso les voy a contar cotilleos degradantes sobre el autor y sobre la editorial”. Ignoro si es el sentido original en inglés o en francés, pero así es como lo usamos entre nosotros, en este querido pueblo de animales.

Y, sí, ya nos contás como te fue la nueva lectura.

Juan Ignacio dijo...

Gracias, Fernando, comentarista de lujo.
Creo que por ser Ingeniero la manía de los planes me durará algo más, si no me persigue toda la vida (algo de bueno tiene).

Fernando dijo...

Gracias, JI, blogautor de primera.

¿Sós ingeniero? Qué sorpresa, creía que eras de letras. Un hermano mío, muy inteligente, también lo es. En momentos muy difíciles para mi familia nos reunió a todos, analizó la situación, hizo un plan, lo fuimos siguiendo, de vez en cuando nos reunía para evaluar su cumplimiento y, en su caso, rectificarlo, y así, gracias a la ayuda de Dios y al plan del hermano ingeniero, salimos adelante.

Cuidáte.

Juan Ignacio dijo...

Qué interesante historia esa del plan para la familia, me había quedado pensando...