miércoles, 1 de abril de 2009

Hombre versus máquina

En la lucha del hombre contra la máquina yo siempre fui (y soy) un ferviente partidario del hombre. La prueba contundente de su superioridad está en que, gane o pierda, es él quien inventa las máquinas contra las que lucha.
Pero sepan algo los partidarios de las máquinas. No deben depositar más su confianza en el avance científico o tecnológico, en la programación o la capacidad de procesamiento. Les digo, aunque me pese, que la lucha ya la han ganado, y con una máquina que al día de hoy podría catalogarse como antigua (aunque nunca obsoleta).
Y si no miren como noche a noche, luego de intensos rounds de lucha cara a cara, miles de personas caen rendidas y babeando en sus camas o sillones, mientras la televisión sigue frente a ellos de pie e inmutable, bombardeándolos incluso dormidos con su batería de colores y sonidos estupidizantes.
Eso sí, siempre con el “sleep timer”, para ahorrar energía y salvar al planeta.

4 comentarios:

Fernando dijo...

El final del primer párrafo me recuerda aquello de Pascal, lo de que el hombre es superior al universo, porque aunque el universo le aplaste, él sabe que está siendo aplastado, mientras que el universo no sabe que le aplasta.

Adivino cúal es la máquina infernal, que compite en dura lid con el ordenador en volvernos tontos a todos. Pero ¿cómo no olvidar esa otra, que hace que olvidemos andar, que la necesitamos hasta para ir a la esquina, que nos arruina, que oscurece nuestros cielos y que (al menos en España) cada fin de semana, cada vacación, exige su tributo de decenas de vidas humanas? (y cómo está el petróleo, oiga¡¡).

Natalio Ruiz dijo...

Lo maravilloso (u horrendo) de la máquina que menciona es que tiene la rara cualidad de convertir en "máquinas" a quienes lo contemplan. Hay una suerte de mimetización.

Respetos.

Natalio

Hormiga dijo...

No se olviden del celular... que nos tiene cada día más esclavizados... peor ahora que se pusieron de moda las "escla-berrys"....

Juan Ignacio dijo...

Muchas gracias por los aportes. Fernando, muy interesante lo de Pascal. Natalio, aguda observación. Achevé, ¡por cierto!