Dije que uno de los dos temas que me interesaban de este conjunto Creación y evolución era lo relacionado con la creación del alma.
En ese sentido, quiero dejar acá lo que Arnaudo llama la principal objeción a la teoría de Teilhard de Chardin. La objeción no la hace Arnaudo, sino Meinvielle. Quiero dejarla porque me da la idea que, salvando las distancias intelectuales que pueden separarnos del jesuita francés, nuestro pensamiento podría llegar a elaborar una hipótesis de ese tipo, y hay que tener cuidado (cuidado de no “razonar fuera del tarro”, dirían los de Les Luthiers).
Hay al menos una operación que el lenguaje de Teilhard no podía expresar: la creación inmediata del espíritu... la suscitación de una forma determinada de ser, la forma "inmaterial " por el llamado directo del Creador; porque si la conciencia está ya unívocamente presente en los organismos infrahumanos, de donde busca liberarse por presión y por ruptura, se hace difícil mantener que esos organismos no desempeñan ningún papel en la producción de la realidad espiritual en tanto tal.
O sea, lo que distingue al hombre (y viene dado) no estaba antes. Hay un antes y un después. Es fascinante entender cada vez con más profundidad biológica ese antes y después, pero no podemos eliminarlo en pos de un cambio gradual (si no, digo yo, llegando al extremo, no habría diferencia entre hombre y animal).
Y ahora un inciso.
Que el hombre es otra cosa que un animal lo sabemos por fe, por revelación. Pero, ¿sólo por fe? Quien no cree, ¿puede considerarse “par” de un mono o una babosa?
No. No es sólo fe, creo. Es también algo evidente para la razón sola. Vemos del hombre su pensamiento, su libertad. Y no tenemos modo de explicar científicamente una mutación tal que produzca el salto cualitativo que vemos.
“Sí, eso hoy, ¿pero mañana?” Estimo que a medida que avance, la ciencia podrá descubrir más profundos cambios físicos. Pero es un problema filosófico el del alma humana. Una teoría científica jamás podría comprobar o refutar algo filosófico.
(Por cierto, hay mucho camino para la ciencia; la evolución es algo de lo que cada vez se duda menos en el ambiente, pero por cuestiones de evidencias, porque aún no hay explicaciones o demostraciones para todo: el origen de la vida, las causas de las mutaciones, etc.)
13 comentarios:
Hola, Juan Ignacio. Tu post conecta con los anteriores de la serie: ¿el ser no-humano o pre-humano (por usar tu terminología inicial) pasa a ser humano simplemente por una acumulación de inteligencia, que le hace llegar a ser consciente de que es y de que piensa? Para un creyente no, ya lo hablamos, pero para un ateo materialista sí. Quizá eso ayude a comprender la simpatía por el aborto y la eutanasia, pues no queda muy claro qué es lo que distingue y hace digno al hombre frente a un gorila listo.
También conecta, remotamente, con mi sorpresa al estudiar el Catecismo, ya recordarás, cuando éste decía que Dios interviene con un acto de creación expreso de cada alma, que de ninguna manera emana del ser de los padres.
...
Nunca me gustó mucho Teilhard, bastó para que a los frailes de mi colegio, muy conciliares (vos sabés) les gustara para que a mí me produjera sospechas. Me dio la impresión de ser alguien como Descartes, con buena intención pero caminando tan al borde del precipio que era fácil caer al abismo. Y eso, en un jesuita, es peligroso.
Pensé que ibas a decir: Y eso, en un jesuita... es bastante común.
Yo, aunque no los conozco, tengo aprecio por muchos. Muchos estuvieron en el precipicio, se cayeron y muchos volvieron. Es un poco el precio de estar en la avanzada, quizás. A Teilhard de Chardin no lo conozco.
No conozco muy bien el pensamiento de Teilhard: se estudiaba al final del curso de Historia de la Filosofía, en vísperas de verano, deprisa y mal, porque poco después era el examen para ir a la Universidad, y todo el mundo andaba ya nervioso. Lo entendí como un deseo de hacer compatible el evolucionismo y la fe, de una fomra tan atrevida que probablemente desembocara en un evolucionismo ateo, como apunta tu post.
En cuanto a los jesuitas, recordarás que hace mucho leí la biografía de su superior, el Padre Arrupe. Ahí se explicaba muy bien cómo en España las diferencias internas fueron tales que llegaron a plantearse hacer dos Provincias distintas, una para jesuitas-progres, otra para jesuitas-conservadores. El tiempo todo lo lima, muchos de ellos se fueron de la Compañía, y ahora (en España) ha quedado una Orden más pequeña, más moderada, más obediente (espero).
Pero, ¿sólo por fe? Quien no cree, ¿puede considerarse “par” de un mono o una babosa? ... Vemos del hombre su pensamiento, su libertad.
Seguro? De que no seamos capaces de ver el pensamiento o la libertad de un animal no se sigue que no la tengan. "Quiza ese canario en sus adentros esté resolviendo el teorema de Fermat" decía alguien...
Y en más de un hombre hay que rascar mucho para encontrar algo parecido al pensamiento.
Con la libertad lo mismo.
Siempre tuve ese pensamiento. Y me costó un tiempo ver que era poco adecuado. ¿Qué sentido tendría que los animales estuvieran resolviendo el teorema de Pitágoras, ecuaciones de física cuántica, haciendo pensamiento abstracto o hasta incluso arte, si nada de ello sale al exterior?
De nuevo partis de un "las cosas tienen que tener sentido", que es un acto de fe...
Y lo de "no sale al exterior" es en realidad un "no soy capaz de verlo", quiza si sale al exterior y se pasan entre ellos los resultados en un lenguaje que no entendemos.
Que no se "convierta en obras" es otra cosa, pero tal vez su filosofia sea Luddista.
No, alto por favor. Creo que la exigencia de sentido no es cuestión de fe. Es cuestión de saber "mirarse las entrañas".
(Si empezás negando la necesidad de sentido podés llegar a negar tu propia razón y así no tiene sentido que sigas filosofando).
Me parece que estas confundiendo los significados de sentido. El que niego (bah, no niego, digo que implica fe) es el teolos, la causa final. Digo que no tiene que haber un "para qué" en las cosas (en particular un "para qué resuelve el canario el teorema de Fermat") Yo digo que pretender la existencia de ese sentido es un acto de fe (no necesariamente de fe en el Dios en que vos crees, pero sí de fe en que existe un "para qué", no es obvio que deba existirlo)
Por otro lado, dando por supuesta la existencia del sentido, queda la otra objeción. Ese sentido no tiene por qué exteriorizarse. El canario puede hacer matematicas por las mismas razones por las que las hago yo, porque es divertido (hablo de matemáticas puras, las de ustedes los ingenieros son otra cosa) y no por eso va a ir contandoselo a todo el mundo.
Bueno. Hay dos tiempos. Yo sí hablaba de fe en Díos en la entrada.
Pero entiendo a lo que te referiste. Uso tus palabras:
"Pretender la existencia de ese sentido es un acto de fe (no necesariamente de fe en el Dios en que vos crees, pero sí de fe en que existe un "para qué", no es obvio que deba existirlo)".
¿Me permitís una sutileza? Más que ser "fe en que existe", aceptar la existencia de un para qué es rendirse ante una evidencia.
Claro que no una evidencia al modo del método científico (pero sabemos que hay maneras más amplias de pensar y entender el mundo que las del método científico).
Aceptar el para qué es rendirse ante una evidencia que es una exigencia del ser humano.
Queremos sentido, necesitamos sentido.
Y podés hacer dos cosas: o te rendís a ese deseo (lo mejor), o tratás de demostrar el sentido científicamente (imposible).
Pero algo más. Rendirse a ese deseo no es algo irracional.
Nuestra razón, nuestro ser racional, nos exige sentido (así como nos exige causa, origen, etc.).
Si desertamos de esos conceptos, si los descartamos, los negamos, estamos atentando contra nuestra razón, contra nuestra forma de pensar.
Si desertamos de eso, ya ni siquiera podríamos seguir discutiendo.
De "Queremos, necesitamos sentido" llegar a "existe el sentido" es lo que los yanquis llaman "wishful thinking".
Que "nuestra razon exija sentido" (de lo que, por otra parte, no estoy seguro) no implica que haya un sentido ahi fuera.
Es perfectamente posible considerar la pregunta "para qué" inválida y seguir razonando, es lo que hace la ciencia y el materialismo. Y es quizá la única respuesta razonable al "problema del mal" que no implique una fe.
De todos modos, sigue la otra linea abierta, puede haber un sentido en las matematicas del canario y que no se externalice. O quiza estén logrando la unión con la luz de dios al estilo de los hesicastas.
Hay entonces dos o tres cosas.
Una; se comprueba lo que digo en la entrada. No hace falta creer (en Dios) para saberse distinto a los animales.
Sí implicaría, según vos, lo que llamás fe en la existencia de un sentido. Pero eso lo podría tener quien no tiene fe en Dios.
Dos; aún creo que no se trata de "fe" en un sentido sino sólo aceptación de una evidencia. No sé si es lo que llaman wishful thinking.
Por supuesto que la razón puede considerar inválida la pregunta de "para qué" y seguir razonando. Pero ya empieza a cojear, esta medio renga esa razón.
Porque si el "para qué" es evidencia, dejarlo de lado nunca nos va a permitir llegar hasta el fondo de los asuntos.
(El equivalente en el campo de la libertad: podemos usar mal el libre albedrío, pero eso no significa ser libres).
Tres; El decir que el canario no está resolviendo Pitágoras (y luego ampliamos esto) no se trata sólo de no ver manifestación.
Pero, paradojicamente, la falta de manifestación tampoco nos permite afirmar, ni científicamente ni en otro modo, que sí lo hace.
Sólo podríamos por un acto de "fe" asegurar que el canario calcula siquiera los cuadrados de los catetos.
Y de ahí a suponer que las piedras u objetos inanimados tienen también esa capacidad no queda mucho.
Porque el pensamiento reflexivo no surge evidentemente ni necesariamente de la síntesis del carbono y el hidrógeno.
Sólo podríamos por un acto de "fe" asegurar que el canario calcula siquiera los cuadrados de los catetos.
Pero ahí está el asunto. Yo no lo aseguro, digo que no se. Vos aseguras que no lo hace, te toca demostrarlo. Y solo por un acto de fe podrías asegurarlo.
Podés decir sí, que no hay nada que te lo haga suponer, y que siendo un hecho indemostrable e innecesario a tus otros razonamientos, te es una hipótesis descartable. Tal como para algunos ateos la hipótesis de Dios.
Y de ahí a suponer que las piedras u objetos inanimados tienen también esa capacidad no queda mucho.
No es una hipotesis a descartar por "evidente", pero hay un trecho largo entre suponerle razonamiento a un animal y a una piedra. Si parto de que lo que llamo razonamiento se produce en el cerebro y de que los canarios tienen cerebros, concluir que hay una probabilidad de que los canarios razonen no es tan descabellado que decir "no tiene sentido que razonen"
Una sola objeción: el límite no es tan claro, del canario a la piedra se pasa por la babosa. De un cerebro a un sistema nervioso inferior y de ahí a la ausencia de vida, ¡cuàntos grados!
Las fantasías no tienen límite, podemos hallar un mundo oculto en una piedra. En cambio la evidencia de la necesidad de sentido es algo patente.
Pero distraídos por el canto del canario hemos olvidado la cuestión fundamental de la cual el canario, el mono o la babosa eran instrumento.
Y podemos ponerla aquí en forma inversa:
El hombre ateo no puede negar la existencia de algo inmaterial en el hombre, algo que llamamos alma.
Y es así que, sin violar su razón, puede aceptar que es un ser superior al animal (superior no sólo por evolución biológica, se entiende).
Más aún, aceptar la existencia del alma pero decir que puede ser generada biologicamente es una insensatez. ¿Cómo podríamos decir que por biología se genera algo no biológico sino superior?
Cualquier explicación que se halle aquí o en el futuro para eso, en la ciencia biológica, estaría presentando nuevas y antes desconocidas manifestaciones biológicas, que seguirán siendo una manifestación de algo inmaterial (con la inherente petición de principio).
(Como apendice de la reflexión, el pedido de que no encuadres las ideas propuestas en un término como "wishful thinking". En ese caso preferiría llamarlo "instinct thinking". La necesidad y búsqueda de sentido más que un deseo es un "instinto humano", si cabe tal expresión).
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