viernes, 21 de enero de 2011

Luz del mundo

Leí anécdotas en lo de Enrique y resúmenes en lo de Fernando. No tengo mucho para aportar aún, que recién empiezo. Pero sí me llamó la atención una respuesta de Benedicto XVI, de la cual nunca escuché comentarios (destaco en negritas el punto preciso).

Pregunta Seewald: “El caso Maciel no tiene parangón, pero a la par hay por todas partes sacerdotes que, sea ocultamente o incluso a sabiendas de la comunidad o hasta de las autoridades de la Iglesia, viven en una relación de tipo conyugal”.

Responde Benedicto XVI: “Eso no debe darse. Nada debe haber que sea mentira y ocultamiento. Por supuesto, se trata de un desafío especialmente para nosotros. Cuando un sacerdote cohabita con una mujer hay que verificar si existe una verdadera voluntad matrimonial y si podrían formar un buen matrimonio. Si así fuese, tienen que seguir ese camino. Si se trata de una falta de voluntad moral pero no existe una real vinculación interior, hay que intentar encontrar caminos de sanación para él y para ella. En todo caso, hay que cuidar de que se haga justicia a los niños -que son el bien patrimonial- y de que se les brinde el ámbito vital de educación que necesitan. (…)”

(Luz del mundo, Benedicto XVI, Herder, 2010)

Alguien muy allegado me hizo notar algo. ¿Qué es “seguir ese camino”? La pregunta es: ¿Se pueden casar?

7 comentarios:

Sangre Azul dijo...

Juan: la respuesta es sí. El sacerdote puede pedir ser reducido a estado laical, que se le dispense el celibato y contraer matrimonio canónico. De hecho, hay muchos casos.

Sangre Azul dijo...

Igual: ojo con las traducciones de "Luz del mundo". Ya tenemos comprobadísimo que no son demasiado fieles.

AleMamá dijo...

Pienso que es porque en ese caso hay una "vocación matrimonial" y es preferible que se casen y no hagan daño a la Iglesia y al sacerdocio con su clandestinidad.

No es que se deje ir alegremente a los clérigos, pero si es el caso -presumo- es mejor cortar por lo sano ya que tengan un buen matrimonio a un mal ministerio.

Fernando dijo...

No conozco la regulación del Código de Derecho Canónico, Juan Ignacio, Sangre Azul da una respuesta que parece acertada.

Hace tiempo leí un libro-entrevista con el Cardenal Lustiger [¿se escribe así?], de París, y el autor le preguntaba por los casos de sacerdotes que abandonaban el sacerdocio. Él distinguía dos casos: que ese sacerdote tuviera vocación sacerdotal, en cuyo caso habría de rendir cuentas a Dios, o que no la tuviera, que hubiera sido un error suyo y de la Iglesia al ordenarle, en cuyo caso había que ayudarle a que llevara una buena vida de católico laico. Dicho esto, si el sacerdocio -como el matrimonio- crean estado, son para siempre, yo no sé si un sacerdote secularizado se puede casar por la Iglesia.

Lo consultaré en mi olvidado Catecismo.

Sangre Azul dijo...

Fernando: claro que un sacerdote secularizado puede casarse por Iglesia ¿si no por dónde?
El sacerdocio y el matrimonio no son intrínsecamente incompatibles: además de sacerdotes secularizados, la Iglesia permite a casados ordenarse diáconos en Occidente y a presbíteros en Oriente. También, de manera excepcional, permite la ordenación de ex sacerdotes anglicanos casados como sacerdotes católicos.
Ahora, que la Iglesia de Occidente prefiera el celibato por innumerables razones es otra discusión...
Saludos.

Fernando dijo...

Leí el Catecismo, su párrafo 1.583 remite a varios cánones del Código de Derecho Canónico.

Leí esos cánones. El 290 explica que se pierde el "estado clerical" por sentencia que declare la nulidad de la ordenación, por pena canónica y por "rescripto" (decreto) de la Sede Apostólica. El 291 aclara que sólo en el primer caso desaparece automáticamente la obligación del celibato, en los otros dos (pena y "rescripto") no, es preciso un nuevo "rescripto" de la Sede Apostólica.

Supongo que eso significa que el Papa sí que puede autorizar el matrimonio canónico de un sacerdote, aunque no entiendo cómo eso es compatible con el carácter indeleble del sacerdocio; quizá tenga que ver con la brillante última aclaración de Sangre Azul.

Juan Ignacio dijo...

Geniales, gracias señores, creo que el tema quedó mucho más claro. Buen punto el de Sangre Azul. Bien documentado, Fernando.