jueves, 2 de febrero de 2012

Presentación del Señor

Para la fiesta de hoy he difundido vía mail este texto extraído de El Testigo Fiel y, debido al “éxito” obtenido, lo dejo también aquí. Creo que es muy claro y al que le interese profundizar no tiene más que ir al artículo completo.

"(...) Sin embargo, ese texto evangélico es muy amplio y complejo, y cada época, y hasta variando con los lugares, ha hecho un énfasis distinto en lo que se quiere significar con la celebración. Así, en Oriente se celebra más bien el encuentro de Jesús con el Padre a través de las palabras proféticas de Simeón, y la fiesta recibe el nombre de "hypapante", que significa "encuentro". Pero cuando esta fiesta se trajo a Roma, hacia el siglo VII, más bien se puso el acento en la purificación de la Virgen después del parto, en relación, como veremos luego, con el rito señalado en el libro del Levítico.

El papa Sergio I (687-701) instituye en esta fecha la procesión de candelas desde la
iglesia de San Adrián hasta Santa María la Mayor; las candelas se pusieron en relación con la frase de Simeón «luz para alumbrar a las naciones», sin embargo, la procesión era penitencial, y no se corresponde muy bien con el sentido de ese texto, lo que hace pensar en la amalgama de alguna procesión o celebración preexistente.

(…)

Lo cierto es que en Occidente el nombre de la fiesta fue doble: uno popular en alusión a la procesión con velas, "Candelaria", y otro el nombre litúrgico, "Purificación de la Virgen María"; a su vez "Candelaria" -que en principio sólo indicaba que en esta celebración tenían un papel destacado las velas- devino, con el tiempo, una advocación de la Virgen: Nuestra Señora de las Candelas, o de la Candelaria.

Con esto se perdió para la iglesia latina uno de los sentidos de la celebración, el más
cristológico, centrado en el Hijo, más que en la Madre. La reforma litúrgica del Vaticano II quiso volver a centrar la fiesta en su aspecto cristológico, y le puso el nombre de «Presentación del Señor», relacionándola, a través de la explicación de la fiesta que hace el Martirologio, con la fiesta de Hypapante de la liturgia griega, poniendo explícitamente por encima de todo la proclamación de la profecía de Simeón, antes incluso que el "cumplimiento total de la ley", que es otro de los aspectos de esta fiesta.

Pero en definitiva, ¿por qué se produjo tanto cambio y embrollo? Porque el texto mismo de Lucas en el que se basa esta fiesta es complejo y tiene diversos matices y direcciones de lectura; sea cual sea el acento que cada época y lugar desea hacer, todos ellos están presentes en la celebración. Veámoslos en detalle: (...)"

3 comentarios:

Fernando dijo...

Qué interesante, JI.

En España ocurrió un poco como con la procesión de Roma: empezó a primar el aspecto folclórico, pueblos que se iluminan de noche con velas, iglesias en las que se sueltan tórtolas o palomas. Todo muy hermoso, pero olvidamos el sentido inicial, la importancia de la fiesta.

Así que gracias por la aclaración.

hjg dijo...

falta el link, no?

Juan Ignacio dijo...

Ahora sí.
(O mejor dicho, ahora no... no falta más el link).