martes, 29 de mayo de 2012

Surti-4

Como las manzanas

Digo yo que una de las tragedias actuales es que, en muchos aspectos de la vida, nos pasó como con las manzanas: logramos que no tengan gusanos, pero perdieron el sabor.

Refrán

Si te dicen: “sucederá tal día”, contás los anteriores en cuenta regresiva. Pero cuando de golpe te ponen la meta lejos, sin hora ni día, no arrugués. Y hacé como el perro, que aunque no sabe bien dónde va a caer el palo, ya sale corriendo a buscarlo.

La oración de Samuel Johnson

Para cuando andamos perezosos. “Señor, que hasta ahora me has ayudado, permitiéndome avanzar en esta tarea (se refiere a su Diccionario, que le ocupaba y preocupaba mucho por entonces), que, cuando el último día tenga que dar cuenta del talento que se me entregó, pueda ser perdonado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”. (Vía JMM)

Por si no se entendió lo de las manzanas

Ganamos en salud, pero perdimos los sabores. Ganamos comodidades, pero no tenemos hijos. Ganamos longevidad, pero nos aburrimos. Ganamos en seguridad, pero perdimos el contacto con la gente. No somos heridos, pero tampoco podemos amar.

lunes, 21 de mayo de 2012

Música para versos de Juan L. Ortiz

El pianista Sebastián Macchi le puso música a distintos versos del poeta Juan L. Ortiz. Y junto con Claudio Bolzani y Fernando Silva hicieron un disco con esas canciones llamado “Luz de agua”, que publicó en 2005 el sello de músicos independientes Shagrada Medra (sí, el de los dos últimos discos de Fandermole).

La obra de Macchi para el poema “La mañana quiere irse” se hizo muy conocida, porque la interpreta Aca Seca, bajo el título “La mañana”, como segundo tema del disco “Ventanas”. Vean qué linda, chei:

La mañana quiere irse
con el río al horizonte
en una sonrisa de aguas,
pero la prenden al cielo,
a manera de alfileres
melodiosos, los cantos
de los pájaros. Se queda
igual que una niña agreste,
colgada por el encanto,
absorta mirando el río.
Y otra que me gustó mucho, esta vez por Macchi-Bolzani-Silva, es “Rosa y dorada”. Lindaza también, po:

Rosa y dorada
la ribera.
La ribera rosa y dorada
Febrero
y ya estás
belleza última, en el cielo y en el agua,
Etérea,
pero ya estás,
vapor flotante de un sueño
que parece de flor y es de un lúcido pensamiento
que se busca
y se suspende
mientras el cielo es un ardor sensible.
Por los caminos pálidos, en la hierba oscura,
el alma es un olvido hacia una orilla eterna.

jueves, 17 de mayo de 2012

Aca Seca (ida y vuelta… a ir)

Su sitio dice “Música Popular Latinoamericana”. Pero por allí los catalogan como folklore de vanguardia y como jazz. No lo veo apropiado (aunque hay que reconocer que son difíciles de catalogar). Quizás sea por que a mi el jazz no me llega bien adentro y porque el folklore lo prefiero con los instrumentos clásicos, que a la primera vez no me enamoré de Aca Seca y me fui con su guitarra, Juan Quintero, a seguir a su dúo con Luna Monti, más clásico.

Pero volví al trío Aca Seca (Quintero, Andrés Beeuswaert y Mariano Cantero) y descubrí el disco “Ventanas” (2009). Y “prendió el fuego” enseguida. Es un disco genial. Me conmovió desde la primera canción, que es Paloma; lo jazz que pueda haber no me molesta; me traen otra vez a Eduardo Mateo (con quien comencé los viajes musicales a Uruguay); los instrumentales con el teclado de Beeuswaert son muy lindos; presentan autores nuevos como Edgardo Cardozo o José Flamenco; y hay clásicos como Manuel Castilla; y uno de esos anónimos en tono de vidala cantado a tres voces; y hasta una letra del poeta Juan L. Ortiz en versión musicalizada. Un lujo.

La que les dejo no es probablemente la más representativa de todas las posibilidades de Aca Seca. Pero es hermosa y no me pude resistir:


Paloma
(Juan Quintero)

Cuando se enciende la tarde
me da por cantar
mis tristezas y alegrías.
Paloma mía,
hasta otro día será.

Lloro cuando hay que llorar,
río cuando hay que reír,
dejo que pase nomás
en mí.

Cuando me abraza el recuerdo
me da por cantar,
arden las voces queridas.
Paloma mía,
hasta otro día será.

Dejo que pase nomás,
oigo lo que haya que oír,
dejo por ahí de pensar
en mí

Cuando se nublan tus ojos
me da por cantar
coplas tiernas que te digan:
Paloma mía,
hasta otro día será.

Deje que pase nomás,
cuando le cueste seguir,
puede por ahí descansar
en mí.

Cuando se apaque mi vida
me da por cantar,
mi alma dirá agradecida:
Paloma mía,
hasta otro día será.

Écheme pa’ descansar
y ha de brotar por ahí
todo el amor que ha deja’o
en mí.

Deje que pase nomás
hacia donde haya que ir,
todo lo habré de llevar
en mí.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Más sobre "intensamente"

Vivir intensamente es el discursete de moda. Pero ese vivir intensamente (o “al extremo”, como dicen ahora) es solo experimentar sensaciones fuertes.

Para vivir intensamente en serio hay otras recetas mejores. Como la del coleccionista de piedras o la del que descubre el tesoro en el campo (que dijimos en la entrada anterior). Pero también está aquello que dice: “Ama y haz lo que quieras”. Con el “haz lo que quieras” hoy sería un éxito del marketing este “slogan” que hizo San Agustín para el primer y más importante mandamiento. Garantía de vida intensa.

Y ni hablar de aquello que dice Jesús en Juan 12, 25: “El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna”. Tan hermoso como terrible. Eso sí que es intenso de practicar.

Y si no te cabe ninguna de esas ideas seguí con el bungee jumping, pero después no digas que no te avisé.

viernes, 11 de mayo de 2012

No hay "surtidós" sin tres

Intensamente

La vida solo tiene gracia si nos pasa lo del buscador de piedras preciosas que vende todas para comprar una especial, o lo de aquél que encuentra un tesoro en un campo y vende todo para comprar el campo.

La tragedia de Vauquita

Una de las decepciones más grandes de los últimos tiempos quizás sea la nueva línea de golosinas Vauquita. No se puede decir que sean feas. Lo que pasa es que con ese nombre uno esperaba (y debía ser) más. De lo único y original de la Vauquita no queda nada en los otros componentes de la nueva línea. Creo que realmente se ha manoseado un nombre.

Otoño particular

El frío e imponente camión con acoplado (con doble auto de vigilancia) tocó la copa del árbol y fabricó delante de mí un pequeño y cálido otoño en accéléré.

La tragedia del Doypack

No hay nada más despreciable que un Doypack medio vacío que no se puede sostener en pie en la mesa o en la heladera. Uno de los más modernos envases que tienta a nos, los ingenieros, con máquinas de envasado de decenas por minuto, no debe engañar a quien disfruta de una buena mesa, debiendo preferir este último siempre un buen tarro con tapa, acompañado de la famosa cucharada sopera (¡corro al “súper” a ver si existen todavía!).

Observa

___Observa:
___entre una gota y otra
___el chubasco no moja.
(Traducción y “haikuización” de Enrique García-Máiquez sobre original de Millôr Fernandes)

En el teatro con los chicos

¡Ese juego previo de ver quién se queda con el apoyabrazos compartido! Discusiones, empujes, negociación… Y después, cuando la obra empieza, se olvidan por completo de dónde tienen apoyados los brazos.
(Con esto se podría hacer una linda metáfora que conduzca a una edificante moraleja, pero ahora no se me ocurre nada).

Delicadeza de bloguero

En blogueros que no somos escritores es un gesto de delicadeza hacer entradas cortas. Los pacientes amigos que cada tanto nos recuerdan, verán aliviado ese su gesto tan amable de haber venido.

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Muerte digna?

Creo que en todo el debate de la Eutanasia, tan complejo, hay una gran confusión que nadie aclara.

De por sí ya es muy difícil discernir cuándo se trata de realizar eutanasia (no aceptable) o solo de suspender un ensañamiento terapéutico (aceptable), como para que encima filosofemos baratamente sobre lo que sería una “muerte digna”.

La muerte es siempre digna, sea cual sea la que nos toque, con más o menos sufrimiento. Una agonía lenta y dolorosa no es deseada, pero eso no quiere decir que no sea “digna”. Si interrumpo la vida de alguien solo para que no sufra, no le estoy dando por ello dignidad. Ni a él ni a su muerte.

No hace falta ser una persona creyente para poder percibir que la vida es algo dado, algo que no elegimos y que así como nos vino se nos va. Pero si no percibimos esto, tan misterioso y a la vez tan real e indiscutible, y si no persistimos en ser fieles a esta realidad hasta las últimas consecuencias, es imposible llegar a un debate profundo y desenmascarar confusiones como la de la muchas veces llamada “muerte digna”.

Todo sorprende aún más cuando vemos que los legisladores citan y hablan así como si nada de Juan Pablo II y la Evangelium Vitae. ¿La leyeron alguna vez entera?

domingo, 6 de mayo de 2012

Luna Monti y Juan Quintero en vivo

Cayeron los posibles compañeros de viaje. Pero San Miguel no era obstáculo para mí (he caminado de noche por calles desiertas en San Miguel). Y era una oportunidad única para ver a Luna Monti y Juan Quintero en vivo.

Antes, la tarde había mostrado un tímido sol, pero la Muncipalidad de San Miguel, organizadora del “I Festival Internacional de Música de San Miguel”, no optó por la plaza sino por el plan para el caso de lluvia: el salón parroquial de la Catedral. Así que enmarcados por un gran cartel de la Oración por las Vocaciones a la izquierda y una gran pintura de un santo que no pude identificar a la derecha, tocaron cuatro grupos: Trío Legato/Jaime/Alfonso, Trío Maurizio Di Fulvio (del Pescara, Italia), Mono Fontana y Ale Corvalán y al cierre los más esperados.

Me gustó mucho el Trío Maurizio Di Fulvio (quizás no sea el jazz lo que me disgusta, porque tocado con guitarra criolla sonó muy bien), pero se hizo larga la espera y entonces las catorce canciones que tocaron Luna y Juan parecieron un instante fugaz. Sin poder repetir el orden exacto, les digo que fueron: Solo cueca (inicio), La mudita, Garzas viajeras, Agüita demorada, Maricón, El cosechero, Aire seré, El angustiao, A pique, Verde Romero, Peón viñatero, Regalitos, Chaleco-Traidora y Caminito (final).

Pero son lindos los recitales en ambientes chiquitos, íntimos, con poca gente. Cuando llegan pasan corriendo al lado tuyo. Primero él con la guitarra en la espalda. Al rato ella, también apurada. Acomodan todo en el escenario, afinan, hacen alguna broma. Cuando hicieron dos o tres canciones se miran como preguntándose con qué siguen. Lentos estuvimos los del público, porque tuvieron que preguntar si queríamos pedir alguna. Y ahí sí hubo pedidos. Y las tocaron.

Juan pronunció muy graciosas las voces en Maricón (como en el disco en vivo de los diez años, que me compré allí mismo). Y dijo que esa canción va “en suite” con El angustiao. Caminito la hicieron con Mono Fontana en sintetizador haciendo acordeones y pianos (y estuvo bien, aunque le robó el tarareo final a Luna). El acordeón lo extrañé un poco en Garzas viajeras. Volaron los dedos en la guitarra en Verde romero. Vi los instrumentos de percusión con que hacen El cosechero.

Fue muy lindo. Y me gustó mucho, como había visto en algunos videos, cómo se entienden y se van acompañando los dos en el canto normal, pero también salvando dudas o improvisando. Y con esa imagen cierro esta rápida y torpe reseña. (Y así de rápido como pasó todo, así de rápido volvió el auto por la desierta 202…)