Lo de la fiesta importada ya no me importa. Lo que me produce un embole mayúsculo es ver traducciones de la frase T.O.T., que en castellano quedan todas como una estupidez insoportable.
No sé si leían Asterix y si recuerdan como los Normandos sentían dolor de barriga y sudores fríos cuando les cantaba Asuranceturix. A mí me pasa como a los Normandos cuando leo o escucho a alguien que escribe o dice algo como “dulce o truco”. ¡Agh!
A veces, sin embargo, pienso en dejar de hacerme mala sangre. Es de viejo retrógrado. Cambiaré la actitud completamente. Si me dicen dulce, agradeceré el piropo. Y si me dicen truco, ¡quiero retruco!