martes, 23 de mayo de 2017

Leyes del mate (y no de Murphy)

Los pasos para preparar un mate en una oficina son uno más que en otros lugares. Si los pasos normales son cargar el mate, sacudirlo un poco, humedecer la yerba, poner la bombilla y luego cebar, en la oficina hay un paso que va justo después de haber cargado el mate y sacudirlo (y antes de humedecer la yerba). Y es una pequeña pausa que hay que hacer. Hay que apoyar el mate cargado y esperar unos segundos. Y mirar bien. Mirar por la ventana. Mirar el correo electrónico. Mirar la agenda. No solo mirar, también hay que olfatear. Porque el que adquiere práctica de su trabajo puede olfatear los problemas. ¿Está todo en calma? Ahora sí, a verter el agua.

Muchas veces falla (aunque no podremos echarnos la culpa, porque los pasos los cumplimos). Muchas veces falla porque en las oficinas los problemas son en gran parte imprevisibles. En una época creí que los problemas surgían justo cuando yo cebaba el mate. Más aún, llegue a pensar que el mismo preparar el mate provocaba una envidia del destino cuya venganza se materializaba en una visita inoportuna, un llamado de alguien muy plomo, un inconveniente con alguna persona o instalación.

Mientras escribo esto voy por el cuarto mate. Hay que considerar que tuve suerte. Es obvio que la "Ley de Murphy" no existe, es solo una forma tendenciosa de ver la realidad y concentrarse en la mala suerte. Porque somos así de pesimistas. Y no somos capaces de inventar una "ley" sobre todas las cosas que salen bien. Como tomar cinco mates seguidos en un lugar donde hay mil trescientas voluntades y doce mil metros cuadrados edificados.

Y ya son seis...

3 comentarios:

Fernando dijo...

¿Seis mates? Espero que no sea una bebida excitante: estarías la noche siguiente viendo la tele hasta la madrugada.

Deduzco que la preparación y la bebida del mate es una actividad lenta, sofisticada, como la ceremonia del té de los japoneses. Acá en Madrid he visto por la calle a algunos argentinos (o chilenos, no sé) tomando su mate mientras caminaban, como quien bebe una lata de cocacola, incluso hablando por el celular. Si es algo tan lento ¿no está mal visto tomarlo en la oficina?

Tú que eres de ciencias podrías hacer una estadística de los lentos placeres de la vida interrumpidos por una llamada impertinente: cebar el mate, asar el asado, ver un buen partido en la tele, la puesta del sol, escribir un post ingenioso. Lo imprevisto siempre está al acecho.

Juan Ignacio dijo...

No, no es sofisticada y podés tomar muchos. Yo en el trabajo tomo cuando estoy tranquilo porque si no se enfría. Y pocos porque siempre hay algo que hacer. El mate ideal no se toma solo sino entre varios y ahí sí ya no es fácil en el trabajo aunque suele a veces uno tomar un par cuadro se reúne para algo en grupo. En algunos trabajos está mal visto. En otros no. Depende del tipo de trabajo.

Fernando dijo...

Comprendo.