viernes, 9 de febrero de 2018

Beyond the hills 3 (Villa de las Rosas)


"I'm going where the sun keeps shining
Through the pouring rain"
(Fred Nail, vía Tedeschi Trucks Band)

Tercera vez en Traslasierra. (Para recordar la primera vuelta hay que cliquear en este “clic” y para recordar la segunda en este otro “clic”).

Me fui con Scott Hahn pero lo abandoné, con algo de pesar, para quedarme con una señora inglesa llamada Diana Wynne Jones. Quizás ahora que terminé su libro, “El castillo ambulante” (sí, la novela que dio origen a la película de Miyazaki “Howl’s moving castle”), pueda continuar con “La cena del Cordero” de donde, sin embargo, los primeros días de vacaciones transcribí este pequeño fragmento:

"(...) Una todáh comienza con el recuerdo de una amenaza mortal y a continuación celebra que Dios haya librado al hombre de aquella amenaza. Es una poderosa manifestación de confianza en la soberanía y compasión de Dios.
El salmo 69 es un buen ejemplo. Una súplica urgente de liberación ('¡Sálvame, oh Dios!') es al mismo tiempo la celebración de la eventual liberación ('Bendeciré el nombre de Dios con un canto [...], porque el Señor escucha al necesitado').
Quizá el ejemplo clásico de todáh es el Salmo 22, que comienza con 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?'. Jesús mismo lo citó cuando estaba muriendo en la cruz. Sus oyentes debieron reconocer la cita y debían saber que este canto, que comienza con un grito de abandono, termina en un tono triunfante de salvación. Citando esta todáh, Jesús demostraba su confiada esperanza de liberación".
(Scott Hahn, La cena del Cordero, capítulo III)

Este es un libro de mucha mayor profundidad que aquella novela inglesa, pero está visto que cada cosa tiene su tiempo. También viajé con la Tedeschi Trucks Band y allá la abandoné por el Chango Spasiuk y por Vitor Ramil. Pero la Tedeschi Trucks tuvo tiempo de dejarnos estos versos, que tenían alguna resonancia espiritual muy apropiada para el momento en que leía a Hahn:

In every soul there’s a psalm
Coming to find you to sing along
(Tedeschi Trucks Band, In every heart)

Como decía, el Chango ganó su lugar cuando al recorrer los caminos de tierra de Villa de las Rosas, Las Tapias, Los Molles o Quebrada de los Pozos, sonaba su Suite del Nordeste. Algunos dirán que esa música es más de la mesopotamia, pero no es así. Porque esa música del Chango es internacional y así, cuando va al mundo y vuelve, ya sienta muy bien en cualquier parte de la Argentina. Pruébenlo y verán.

En Villa de las Rosas se viene armando, jueves y sábados, una multitudinaria feria de artesanías y comidas a donde llegan artistas y “cocineros” de toda la zona. Buenísima. Y hay de todo porque hasta había un puesto que resultó ser del sello discográfico SURA, que tiene ediciones de grandes artistas. Y mucho más barato que en las disquerías, porque es como comprar “directo de fábrica”. Me llevé el disco doble del gaúcho brasileño Vitor Ramil llamado “Foi no mês que vem”.

En el vendedor encontré un fanático de los discos, con quien compartimos la tragedia de los autos o lugares sin “pasa CD” y quien me confesó que él también los pasa a digital y se lleva el CD con la cajita en la mano. Y en el autor, Vitor Ramil, a quién conocía por su canción “Estrela, estrela” en la interpretación de Georgina Hassan, vengo encontrando un gran músico y poeta. Se prepara ya una entrada. El superdisco doble que compré reúne muchas de sus canciones reinterpretadas con nuevos arreglos e invitados de lujo entre los cuales está nada menos que el tan estimado Carlos Moscardini. Otros son Milton Nascimento, Fito Páez, Pedro Aznar, Jorge Drexler, y hay más.
(Hay que saber, y correr a conseguirlo, que Vitor Ramil tiene con don Carlos Moscardini todo un disco completo llamado “Delibab”, hecho sobre poesías de Borges y João da Cunha Vargas).

“Foi no mês que vem” lo empecé a escuchar por las noches, con el infaltable “discman”, acostado boca arriba en la penumbra, mientras ella dormía, la luna iluminaba tenuemente las ventanas y el ventilador de techo giraba a toda velocidad. Así escuchaba por ejemplo:

“Eu, astronauta lírico em terra
Indo a teu lado, leve, pensativo”.

Con M. y los chicos hicimos un montón de cosas, desde caminatas hasta sostener una serpiente. Desde una cabalgata hasta leer un libro. Mucha pileta. Hicimos fuego y salchichas. Conocimos el pueblo de Panaholma con el Padre Gabriel, quien celebró una misa muy especial en la pequeña capilla. No muy pequeña, a decir verdad, ya que sabemos que en Córdoba los pueblos más pequeños tienen “flores de iglesias” y Panaholma no es la excepción. Fue la última que hizo Brochero, dicen sus habitantes.

Volvimos a casa con escala en Bell Ville.

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