jueves, 5 de abril de 2018

Elegidos

Alguna vez quizás pensaste que por qué tenía que haber habido un “pueblo elegido”. Que eso limitaría “culturalmente" el mensaje de Cristo. Pero la prueba de que no lo limitó, y de que es universal, está en que el mensaje cristiano llegó a todo el mundo. Alguna vez quizás pensaste que es muy pretencioso de parte de un pueblo decir que ellos fueron “elegidos por Dios”. En ese caso también conviene recordar que su pueblo lo rechazó y que el destino de Cristo era universal. Así que tan bien no se sentiría el “pueblo elegido” para ese entonces.

Así y todo, es muy oportuno leer esta "Defensa de los gentiles", donde el autor nos dice que Dios no sólo se dedicó a su “pueblo elegido”, sino que también se dedicó a los "no elegidos" (que en realidad al final eran, como todos los hombres, elegidos).

“(...) Todo eso le enseñaron a usted. Le enseñaron que los hombres se pusieron a inventar unos dioses de juguetería para asustarse con ellos jugando a los fantasmas o para entretenerse con ellos jugando a las muñecas. Le enseñaron que aquellos hombres -que aquellos hombres que decoraron las cuevas, que aquellos hombres que crearon la filosofía, que aquellos hombres que inventaron todos los artificios de las artes- perdían su tiempo, de espalda a Dios, jugando a la tontería de tener unos dioses. 
___Lo que no le enseñaron a usted fue precisamente que aquellos hombres no perdían su tiempo. Lo que a usted no le enseñaron fue precisamente que Dios los espiaba, que Dios les seguía los pasos, que Dios, a su manera, con es extraña manera de director de circo que emplea tan a menudo, dirigía sus pasos y los amaestraba para Sí, conduciéndolos al son de su música hacia la verdad única del único Dios. La humanidad se había alejado de Él; pero Él se negaba a renunciar a su propia misericordia, porque renunciar a ella hubiera significado renunciar en cierto modo a su propio acto de Creación. Él había creado a la humanidad a su imagen y semejanza, y ella no podía morir,porque muriendo, desentendiéndose ella de Dios, era un poco de Dios lo que moría: era, en definitiva, un pequeño fracaso del Creador.
___Por eso Él la condujo a través de todos los atajos y de todas las desviaciones, como un pastor conduce a su majada. Por eso Él, mientras convocaba a sus regimientos de ángeles lanzafuegos en el monte Sinaí para imponer leyes a sus elegidos, desataba su primavera de musas y de hadas sobre sus pueblos gentiles para enseñarles, por el camino de la belleza, el camino de la redención. Por eso incendió en su gracia a los poetas paganos y refrescó sus frentes con la frescura verde de su laurel. Por eso les permitió crear sus dioses: para re-crear su nuevo advenimiento. Porque el Dios perdido necesitaba ser nuevamente esperado; porque el Dios resentido necesitaba ser nuevamente necesitado; porque el Dios remoto necesitaba ser nuevamente hallado.
___A su encuentro caminaban los gentiles desde la hora misma de la dispersión. Habían perdido a su Dios, lo habían roto en pedazos, y, hallándose sin Él, lo adoraban todavía en cada uno de sus fragmentos. Porque, más que adorar a sus dioses, adoraban en ellos a Dios.
___No jugaban tontamente a eludir su presencia aturdiéndose con una baraúnda de voces y enredándose en una policromía de mitos. Jugaban poéticamente a reconstruir esa presencia, a poner orden en las voces y en los mitos para reconquistar la unidad de Dios y su armonía. Porque ellos no lo habían perdido en cuanto divinidad; lo habían perdido en cuanto unidad, en cuanto divinidad una y total en sí misma. Y en busca de esa unidad marchaban, a tropezones, es cierto -unas veces a tropezones de poesía y otras a tropezones de cualquiera otra cosa-, pero marchaban en fin hacia la verdad, ya complicando enigmas, ya descifrando profecías que tenían una íntima luz de anunciación.
___Marchaban, con sus pecados y con sus esperanzas, con su llanto y con su canto, hacia el portal de Belén. Marchaban tocando con sus ojos -quizás algunos con las yemas de sus dedos- el aire del Nacimiento: el aire donde la unidad se haría carne para regalarse a sus creaturas; el aire de jaulas abiertas, prometido también a los gentiles, donde ángeles y musas proclamarían un día la reconquista de Dios.
___A Él llegamos con nuestro llanto y nuestro canto, con nuestros pecados y nuestras esperanzas. No llegamos como vencidos, sino como ganados; como los herederos también de un pasado cargado de promesas que iban a encontrar en la realización de aquella su acabado cumplimiento. Porque, más que convertirnos al Cristianismo, entramos a él; entramos a él y totalizamos en Dios a nuestros dioses: le devolvimos, nosotros los gentiles, nuestros dioses a Dios”.

(Monólogos con Lady Grace, Ignacio B. Anzoátegui)

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