En los inicios del blog hablábamos mucho del Adviento. Había más tiempo para escribir y menos ocupaciones. La mayoría de las ocupaciones de hoy surgen de la vida familiar. Es una santa ocupación la que me toma el tiempo. Eso sería un consuelo. Aunque a veces siento que no debo conformarme con eso. Me consuela saber que la familia es una vocación pero me queda siempre la pregunta de si estoy haciendo bien con solo eso; si estoy aprovechando todos los talentos o amando a los demás como Dios lo hace conmigo. Sin embargo, por más que pienso, no encuentro satisfacción para esa inconformidad. Creo, eso sí, que las respuestas me las dirá Dios. Si sigo atento. Si sigo inconforme. Dios me lo dirá. Siempre fue así en mi vida.
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