Me gusta mucho planear las rutas, sabiendo las distancias y dónde están las estaciones de servicio. Pensar estrategias para cargar antes o después de acuerdo a qué calificación tienen las estaciones de servicio en Google Maps (hay que dar un baño digno a la parte femenina del pasaje) o para evitar las colas de YPF (aunque se pague a veces un poco más), etcétera.
Con destino patagónico, esta vez me aburría ir por la 3, como Celeste Carballo, y no quería ir por la 5 porque para llegar a agarrarla paso lugares feos de madrugada en el GBA. Así que aposté a la 205 (porque además el gusto está en la variedad). Esta ruta parece tener un tramo de 215 km sin servicios entre Saladillo y Daireaux (donde ya no es 205 sino casi su continuación natural, la provincial 65). No es gran cosa para la autonomía de un automotor actual, pero puede serlo para una vejiga de las de siempre. Además siempre hay "momentos justos". Saladillo es muy pronto para parar, pero no es raro que alguien sienta el llamado de la naturaleza justo cuando hacia atrás se ve cómo se aleja la última rotonda de esa destacada ciudad ganadera.
Pero no es así como dije antes, pues hay efectivamente servicios entre Saladillo y Daireaux. Sepan, los que así lo quieran, que hay una Puma nueva en San Carlos de Bolívar (ya también sobre la 65), que reduce la travesía a 145 km. Y yo a Puma no le hago asco. Entonces el hito quedó registrado en los planes. Pero lo que uno planea son alternativas y esta no hubo que usarla, pues el pasaje demostró una autonomía pocas veces vista y llegamos a Daireaux de un tirón. 415 km desde casa.
Lo que no sabíamos, porque no estaba en ningún plan, era que alguna vez volveríamos a Bolívar y a la nueva Puma. Pero eso es otra historia. De Bolívar, mientras, quizás les guste esta historia que Wikipedia cuenta en tono épico:
"Inundación de 1985El Ing. Alfredo Carretero fue elegido intendente de San Carlos de Bolívar en 1983, representando al partido UCR, marcando su comienzo en el mandato como la vuelta a la democracia de la República Argentina.En noviembre de 1985 surgió una catástrofe hídrica histórica de la provincia de Buenos Aires. Una inundación, recurrente de todos los finales de siglo, sacudió a las ciudades de Epecuén, Guaminí y Carhué. La ciudad de Bolívar se veía amenazada por esta inundación debido a estar en una pendiente, ya que el agua se estancaría en el casco urbano. El intendente Carretero tomó una drástica decisión que fue ampliamente criticada por la oposición y el pueblo en general; detonar y abrir brechas en la famosa RN 226. Con varios instrumentos explosivos, se llevó a cabo una destrucción de dos sectores de la ruta. Esto lograba que el agua de la inundación -que se acercaba a la ciudad- pasaba por debajo del terraplén y terminaba su curso en los campos lindantes de Bolívar.Lamentablemente, este proceso dejó una fatalidad; el jefe de compras de la municipalidad Juan Carlos Bellomo falleció bajo una de las lanchas que intentaba supervisar las explosiones (las cuales habían sido satisfactorias). Este hombre fue un héroe para la ciudad, aunque poco reconocido para el resto de la provincia.Luego del hecho, la policía federal quiso encarcelar al intendente Carretero por dinamitar una ruta nacional, luego de que su petición fuese rechazada. Pero el pueblo bolivarense se hizo escuchar y el ingeniero, terminó libre por haber salvado de la inundación a la ciudad".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario