jueves, 26 de enero de 2023

La oración y la providencia en tiempos de vacaciones

(43° 5' S, 71° 28' O. Fuimos a ver al dragón que escupe fuego y me encontré con un guitarrista callejero que tocaba el "Camino de las tropas" de Moscardini. ¿No es genial el universo?)

Tuve una nueva experiencia (que las palabras no podrán explicar) sobre la oración y la providencia. Cuando los muchachos de una obra me ayudaron a sacar el auto de una mala posición y supe que ellas rezaron pensé: “yo concentrado en que salga todo bien y me olvidé de rezar”. No es que sin eso la cosa no fuera a funcionar. Las cosas hubieran seguido su curso. La actitud de pedir a Dios en ese momento no es más que un reconocimiento de cómo son las cosas, al fin de cuentas. No es, al menos para mí, pedir que una mano mágica salga de entre las nubes a solucionar los problemas sino saber adaptarse a la voluntad de Dios, pero sin omitir el primer clamor que como niños indefensos nos sale del interior. O como hizo Jesús en el huerto, donde pidió al Padre que le aparte el cáliz, pero que en definitiva se cumpla su voluntad.

Y los muchachos hicieron un gran trabajo. Pero podría haber pasado cualquier cosa por más que ellos fueran del equipo de rally de Sainz. Como cuando De Paul dijo, en unas de las primeras entrevistas después de haber salido campeones del mundo: "no creo que seamos elegidos, trabajamos y logramos esto". No sé qué quiso decir cuando dijo “elegidos” y probablemente esté de acuerdo con él en que esa palabra suena mal. Pero no podés por eso atribuirte todos los méritos. ¿No te das cuenta que por más que hayas trabajado podrías haber perdido? ¿No te das cuenta que no hay un plan perfecto, que no depende todo de vos?

Y también en mi libro de estos días, sobre la historia del barco Erebus, cuando Michael Palin cuenta que en todos los diarios de los oficiales dice que Dios los salvó de un choque en los hielos antárticos, y el torpe de Palin destaca que no fue Dios, que fue gracias a James Clark Ross y sus maniobras. ¿No te das cuenta que antes sabían más que vos? Ellos sabían por qué. ¿No te das cuenta que podrían no haber salido bien, a pesar de las mejores maniobras, como sus autores mismos lo admitieron? ¿No podes al menos pensar en esa cuota de suerte que hay en todo? Para empezar al menos a pensar que no tenés todo en tus manos. Y que cuando uno dice "gracias a Dios", está agradeciendo que eso que pasó haya sido su voluntad. Y si hubiera sido otra, habría que resignarse a aceptarla. Para el que está por encima del tiempo ya está todo escrito. Es su voluntad. Y aunque haya lugar para que elijas tus acciones, solo podés agradecer los resultados.

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