Cuando los cuentos son buenos no se puede seguir con otro sin asimilar un poco el anterior. A veces hay que hacer pausas.
He aquí una lista de cosas para hacer en esas pausas:
- Rellenar el vaso;
- Ir a buscar varios señaladores (recordar aquí que los señaladores intermedios deben ser de papel muy fino para no estorbar en la natural curvatura de las hojas señaladas, que quedarán por izquierda o por derecha de nuestra lectura; suelo leer en forma ordenada pero no es imposible que uno adelante algún cuento por alguna recomendación o quiera dejar uno anterior marcado para una revisita);
- Ir al índice y marcar los cuentos que más te gustaron;
- Leer un poco de otro libro, quizás de otro estilo, por ejemplo continuar con un ensayo o darle un nuevo toque al libro que quedó ahí en la pila y nunca terminaste pero tampoco te decidiste a enterrar en la biblioteca (a la inversa, este nuestro libro de cuentos puede ser el que nos esté sirviendo en las pausas de, por ejemplo, una larga novela de la que tenemos que descansar);
- Hacer autodefinidos;
- Buscar la versión PDF del cuento para enviar a alguien a quien pensaste que le podía gustar;
- Alguna tarea física;
- Escribir este tipo de cosas.
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