No recomiendo discos habitualmente (la última vez fue un verano: fue el "Pynandí" de Spasiuk). Ahora recomiendo uno de invierno: “If on a winter’s night…”, de Sting.
La cuestión es que el inglés se despachó en 2009 un discazo que incluye canciones que son religiosas. Claro que no se presentan como tales y, ¿son religiosos si el que las canta lo hace sin moción religiosa?
Porque dice Sting acerca de la temática navideña de su disco: “I appreciate the beauty of these stories and how they have inspired musicians and poets for many centuries. It was my desire to treat these themes with reverence and respect, and despite my personal agnosticism, the sacred symbolism of the Church's art still exerts a powerful influence over me”. [*]
Entonces cuando escucho a Sting cantar “glorias” y “aleluyas” pienso que no sabe lo que está diciendo. ¿En qué sentido? Más o menos como decía san Pablo: “Nadie puede decir ‘Jesús es el Señor’ sino con el Espíritu Santo” (1 Cor. 3,12).
Pero eso es un problema entre Sting y Dios. Yo, ¿puedo escuchar a Sting mientras canto esas palabras con fe? Hay algo que se siente raro al hacerlo. Aunque no puedo explicarlo bien. Es como que uno gusta identificarse con el intérprete. ¿Y qué sentido tienen esas voces e instrumentos que no buscan alabanza?
Como sea, el disco es genial. Y ocuparé este invierno, que se vino en serio, en dejarles unas “magníficas y escogidas” piezas.
[*] Aprecio la belleza de estas historias y como inspiraron a músicos y poetas por muchos siglos. Mi deseo fue tratar estos temas con reverencia y respeto y, a pesar de mi agnosticismo, el sagrado simbolismo del arte de la Iglesia aún ejerce una poderosa influencia sobre mí.
martes, 5 de julio de 2011
If on a winter's night...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
Entiendo perfecto el dilema que planteas. Es como cuando uno se admira de la belleza de un cuedro de un pintor que ha sido un desastre como persona y dice no creer en nada o lo hace pésimo, pero si esa obra del músico te eleva a hacer oración y pòner lo que dice en el contexto que le corresponde está perfecto para ti, pues que Sting no reconozca lo que debe a Dios por sus talentos en calidad de criatura, es su problema, nosotros que lo sabemos comprendemos que aunque no quisiera sigquiera, le está dando gloria a Dios y más aín si la temática es un tema religioso en su origen al menos.
Saludos.
Oye, ¡qué fríos que hacen en este lado del mundo. Le pediremos unos grados celcius a Fernando que se está cocinando en su Madrid.
Sí, realmente. Digo, lo de Sting y lo del frío. A ver Madrid si nos manda algo del sol (eso me hace acordar ahora a la canción Medita Sol de Los abuelos de la nada).
Hola, Juan Ignacio.
Todo está en el espíritu del que canta y del que oye. Si Sting fuera un devoto anglicano y tú fueras ateo, para él la música sería religiosa y para ti sólo sería arte. La realidad es al revés, claro, por eso para ti como oyente es música religiosa. Pienso que incluso esto es igual con música que no está compuesta como sacra: ¿no hay ciertas piezas de Mozart que nos hablan de Dios o de Jesús aunque sólo sean instrumentales?
La letra de Sting -gracias por la traducción invernal- nos pone en contacto con otro tema bien interesante: el cristianismo es nuestra base cultural, nuestro código, e incluso en la gente que se aleja de la fe -como es su caso, al parecer- sigue siendo una forma de entender a Dios, aunque no crean en Él. No lo recordarás, pero hablamos de eso hace mucho en mi blog: la gente creía en los ángeles al modo cristiano, aunque no creyeran en Dios, por mera superstición. El mismo Dios, aunque no se crea en el Dios de la Revelación, es entendido de una forma cristiana por muchos deístas: un Dios personal, atento a cada uno, con inteligencia y bondad.
Concluyo con un recuerdo: un grupo en Madrid, de aspecto nada religioso, que cantó -mal- el Panis angélicus porque le parecía una música muy espiritual.
Esto que dice Fernando -lo del disco en inglés no opino porque no sé el idioma- ocurre con el canto gregoriano en la New Age. Escuchan a los monjes porque les da paz y bienestar. En realidad, bendito sea Dios.
Es como si uno es sensato sin darse cuenta... igual es muy bueno ser sensato.
Saludos.
La verdad, Fernando y Josefina, que me ayudaron mucho. Gracias y saludos.
Publicar un comentario