Ni Domingo Faustino Sarmiento ni Juan José Sebreli son santos de mi devoción, pero de un libro del segundo extraigo algunas cosas muy curiosas como la siguiente:
Antes que Baudelaire descubriera lo sociológicamente significativo de la flânerie -“El pintor de la vida moderna” (1859)- ya Sarmiento, en un artículo publicado en El Siglo (1841), hablaba de ese hábito, descubierto mientras deambulaba por las calles de Paris.
“El flâneur persigue también una cosa, que él mismo no sabe lo que es; busca, examina, pasa adelante, va dulcemente, hace rodeos, marcha (…) Je flâne, yo ando como un espíritu, como un elemento, como un cuerpo sin alma, en esta soledad de París.”
Esto es de “Crítica de las ideas políticas argentinas”, en dónde el autor cita la obra de D. F. Sarmiento, “Prosas de ver y pensar”, Buenos Aires, Emecé, 1943.
Con una rápida navegación por Internet puedo imaginar que el tema es anterior a ambos, a Baudelaire y a Sarmiento, sobre todo si confirmo esa fuente que dice que el francés se inspiró en Edgar Allan Poe (ver aquí; ver allá; ver acullá).
Esto, sin embargo, no lo explicaría todo y, por cierto, no hace que la anécdota deje de ser interesante.
2 comentarios:
Nada más pasaba para saludarte. ¿Cuántos libros te lees al año?
Hola, Alemamá. Yo libros grandes pocos, ¿y vos?
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