sábado, 29 de diciembre de 2007
Rastros del Antimurphy
sábado, 22 de diciembre de 2007
Mis deseos para ustedes
que te abrás de las paradas con cafishos milongueros
y que digan los muchachos: “Es una buena mujer”. (...)
Que el Dios de la paz -el mismo que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre de una Alianza eterna- los capacite para cumplir su voluntad, practicando toda clase de bien. Que él haga en nosotros lo que es agradable a sus ojos, por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (Heb 13, 20-21)
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Manso y abismal
La vivencia de Elías en el Sinaí, que no vio la presencia de Dios en el huracán, el fuego o el terremoto, sino en una brisa suave y silenciosa (cf. 1 Re 19, 1-13), se cumple aquí [se refiere al Sermón de la Montaña]. El Poder de Dios se manifiesta ahora en su mansedumbre, su grandeza en su sencillez y cercanía. Pero no por ello resulta menos abismal. Lo que antes se expresaba en forma de huracán, fuego o terremoto, ahora toma la forma de la cruz, del Dios que sufre, que nos llama a entrar en ese fuego misterioso, en el fuego del amor crucificado: “Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan…” (Mt 5, 11). El pueblo estaba tan asustado ante la fuerza de la revelación del Sinaí que dijo a Moisés: “Háblanos tú y te escucharemos. Pues si nos habla el Señor moriremos” (Ex 20,
19).
(…) Sin un “morir”, sin que naufrague lo que es sólo nuestro, no hay comunión con Dios ni redención.
domingo, 16 de diciembre de 2007
¡A cumplir se ha dicho!
jueves, 13 de diciembre de 2007
domingo, 9 de diciembre de 2007
Pintando aquel cuadro
(...) Estamos viviendo en 1976; la historia de hoy la escribirán, seguramente, los que nos seguirán en la brecha. Sólo quiero agregar que si usted no conoce a la iglesia de San Bernardo, se llegue hasta Gurruchaga 177, para ver el esplendoroso altar mayor y si tiene una pizca de curiosidad, lo vea al imperturbable sacristán Esteban, para que le indique cómo ascender por el hueco cilíndrico vacío, dentro de la mampostería donde existe la escalerita caracol de hierro que lo llevará hasta el olvidado coro. De allí no se amilane porque vale la pena, siga subiendo por unos peldaños de madera hasta llegar a lo alto del campanario donde lo sorprenderá la maquinaria de relojería de que hablamos antes, en una gran caja de cristal entre engranajes, pesos y contrapesos de bronces y cadenas y donde las vigilantes palomas desde hace años han hecho su nido. Todos ayudan a mover las agujas de los cuatro costados de la torre, que nos dan la hora permanentemente, a los que aun hoy buscamos al pasar, el piadoso perdón a nuestras culpas del "Cristo de la mano rota" ausente.
domingo, 2 de diciembre de 2007
Intenso
intenso
Blas de Otero).
Antes miraba hacia dentro.
Ahora, de frente, hacia fuera.
Antes, sombras y silencio.
Ahora sol sobre la senda.
Sol de justicia, encendiendo
cimas que andaban a ciegas.
sábado, 1 de diciembre de 2007
Sabatinas
No sabe aquel que nunca dejó
su amada a la distancia...
Recuerde el alma dormida…
que quiero escribir de día.