viernes, 29 de enero de 2010

Receta 1

La cocina es la forma fácil de desestructurar a un ingeniero (la difícil es la poesía). Es cuestión de hacernos entrar con eso de los centímetros cúbicos y los gramos. Para luego presentarnos otras cosas como “sal a gusto” o “fuego moderado a lento”, que son todo un desafío. ¿Cómo es eso de “a gusto”? ¿Cuánto es “moderado a lento”? Allí comienza el trabajo.
No cocino, pero igual vengo bien (será la poesía). No me preocupa ya la temperatura exacta en grados centígrados del agua del mate, y creo que una buena medida de aceite para la ensalada es... un chorrito. Soy feliz.

12 comentarios:

Unknown dijo...

Curiosamente a mi me pasa al revés: las escasas veces que tengo que cocinar miro todas los pesos y medidas. Inseguridades de poeta, digo yo.

E. G-Máiquez dijo...

La entrada es un chorrito de poesía, una pizca de felicidad. Ummm.

Mae Ortiz dijo...

Cómo que no te importa la temperatura exacta del agua del mate...son 85º!! Si se pasa queda horrible! :)
De todos modos, bien, bien por es actitud!

Ecazes dijo...

:)
...y las medidas se hacen mas difusas (y contundentes) cuando hay que decir cosas como "te quiero tanto como..."
Yo hago trampa. Y soluciono tipo "Te quiero, de aquí al Cielo".
Me suscribo al recetario...

Juan Ignacio dijo...

"Ha visto", Javier, como son las cosas. Se da vuelta la tortilla.

Me alegro que así le haya parecido la entrada, estimado Enrique.

Como Ud. dice, sra. Mae, lo importante es que no se pase. Lo importante es que no se pase... sea cual fuere la temperatura.

El pensamiento científico no toleraría este razonamiento, ¿cómo saber si nos pasamos si no sabemos la temperatura? Pero yo he descubierto que eso es posible. Cada pava al fuego tiene un ruidito distinto y especial que dice: "ya está listo".

En el amor, E., no hay medida. Es lo único que al extremo no es malo.

Fernando dijo...

Me extraña tu post, Juan Ignacio. Yo, que sí que cocino, te digo que la cocina es el máximo ejemplo de la aplicación práctica del conocimiento empírico de las cosas, y que no da igual tener la cebolla friendo 6 u 8 minutos ni el arroz cociendo a fuego lento o vivo. Poco a poco vas experimentando, acercándote a la solución perfecta, como un ingeniero que hace barcos que se le hunden.

Anímate a empezar, seguro que se te daría bien.

Juan Ignacio dijo...

Atención, porque nunca dije que es lo mismo cualquier tiempo o cualquier medida.

Lo que me gustaría de la cocina es darme cuenta intuitivamente de cuál es el punto justo sin necesidad de un cronómetro. Poder hacerlo por un color, por un olor, por un ruido...

maria jesus dijo...

Yo tambien soy feliz y echo a la olla lo que me apetece.

Fernando dijo...

"... darme cuenta intuitivamente ..."

Lo lograrás, Juan Ignacio, lo lograrás, y mucho antes de lo que te puedas imaginar.

Natalio Ruiz dijo...

Comparto por completo. Considero la cocina un arte en el cual se "baten" (a punto nieve) la distensión, el servicio, la belleza, el amor, la muertealstress, etc.

Y si bien hay mucho escrito y muchos datos siempre se puede inventar.

Es un mundo que disfruto muchísimo.

Respetos culinarios.

Natalio

Juan Ignacio dijo...

Ampliamos perfil de Natalio, muy bien.

Pame... dijo...

=) vale el final... jeje si eres feliz, es porque estas en pazzzzzzzzz!!!