Entre los más ignorantes de los ilustrados se produjo un acuerdo para afirmar que los sacerdotes habían obstaculizado el progreso en todas las épocas. En cierta ocasión, en el curso de un debate, cierto político me hizo observar que estaba oponiendo la misma resistencia a ciertas reformas modernas que la que alguno de los primitivos sacerdotes habría opuesto probablemente al descubrimiento de las ruedas. Le respondí diciéndole que lo más probable es que aquel sacerdote fuera el principal promotor del descubrimiento de las ruedas. Es muy probable que los primitivos sacerdotes tuvieran mucho que ver con el descubrimiento del arte de la escritura. Resulta bastante evidente en el hecho de que la misma palabra jeroglífico está relacionada con la palabra jerarquía.
La teoría del big bang, la «gran explosión» que habría originado nuestro mundo, pertenece a la cultura general de nuestra época; pero pocos saben que fue propuesta inicialmente por Georges Lemaître, físico y sacerdote católico. Lemaître nos ha dejado un ejemplo de honradez intelectual, nos ha abierto el camino para comprender un poco mejor el mundo en el que vivimos: un universo inmensamente grande al que accedemos por el conocimiento de lo extremadamente pequeño, que nos lleva a superar las paradojas de la existencia de un instante físico inicial, rompiendo con la visión estática del cosmos que se tenía hasta ese momento. Y esto fue posible gracias a su sano optimismo; optimismo que tenía su origen en el Dios misterioso y a la vez real en quien depositó su fe y al que tendían sus investigaciones científicas.
3 comentarios:
¡Pssssttttt! Hablan de los siglos oscuros sin recordar quienes guardaron los conocimientos de occidente, quienes civilizaron para no seguir ofreciendo sacrificios humanos. Sin ir más lejos he visto unas linduras en Discovery Channel.... que la quema de brujas de los calvinistas son una caricia.
Para poner ejemplos míos ¿qué era Copérnico? un clérigo católico, ¿y las leyes de la genética? de Mendel, pues, fraile agustino.....y Vivaldi era cura....
Saludos, Juan Ignacio
Gracias, Alemamá, por los ejemplos.
Eso sin contar los laicos.
Saludos
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