La lluvia fue rastro del invierno que pasó, tapado de nubes. Como cantaba Seru Giran en Eiti Leda, un invierno en que olvidamos la propia sombra en el subterráneo. Sin embargo la lluvia también puso todo verde y es anuncio de primavera. Hay rumores de posibles recomienzos. Hay planes de familia. También hay penas. Pero como en aquel entierro de Adán Buenosayres, la primavera ya ríe sobre las tumbas, canta en el buche de los pájaros, arde en los retoños vegetales, y proclama entre cruces y epitafios su jubilosa incredulidad acerca de la muerte.
1 comentario:
Te envidio desde un Madrid que muere, Juan Ignacio.
Qué canción más triste.
Felicidades por lo bueno,
ánimo con lo malo.
Perfecta la nueva cabecera.
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