lunes, 1 de julio de 2013

Niceto Vega

La contra-mano de la Avenida Córdoba, de la Córdoba “más allá”, esa de la que ya hablamos, es la Avenida Niceto Vega. Esta avenida se hizo más famosa últimamente, me dio la impresión, desde el boom de Palermo Hollywood y Palermo Soho. Cuando yo la descubrí, hace tiempo, fue uno de esos lugares que parecían una ciudad nueva. ¡Qué bien se volvía en bicicleta por Niceto! Mucho menos poblada que Córdoba, al menos cuando es ancha. Manos libres, o cruzadas y sintiendo el viento en la cara. Viento de casa viejas, viento de talleres mecánicos, viento de cafetines de zona arrabalera, limítrofe.
 
Niceto es la continuación obligada de ese misterioso carril de contramano de Álvarez Thomas. Para agarrarla hay que hacer como un conjuro, pero en vez de decir palabras al revés, hay que llegar al revés a la gran “ese” de Córdoba-Newbery-Alvarez Thomas (ahí donde están ahora los estudios de Suar o Taxis Barzola). Como la “ese” no se puede hacer al revés, uno debe seguir derecho y allí, todavía con el nombre de Álvarez Thomas por tres cuadras más, empieza una avenida ancha y arbolada. Cruzan calles de nombres muy interesantes como Santos Dumont o Concepción Arenal (calles de tachero, típicas calles de pregunta a tachero). Y en eso cruzás Dorrego (una de las mil facetas de la Dorrego, sí, la misma Dorrego de “Libertador y Dorrego” o de “Warnes y Dorrego”), y ahí la avenida se empieza a llamar Niceto Vega. Allí te cruzan de repente, en una esquina, esos bondis de circuitos transversales, esos que hacen Plaza Italia-Chacarita, como el 93 o el 111. Y la avenida ancha, con el cielo grande al fondo, parece no terminar nunca. Pero son solo seis cuadras más.
 
En el puente de Juan B. Justo, vías del San Martín, Niceto Vega se hace angosta. Sigue siendo rápida pero ahora empieza lentamente a hacerse cuesta arriba. Y es trabajo para las piernas del ciclista, aunque si se agarra con ganas es una satisfacción llegar a la cima, en Scalabrini Ortiz. Mezcla de satisfacción y pena, porque allí Niceto Vega se termina (contra una casa de sepelios, encima). Y hay que elegir. Para mí, cuando vivía en Capital, el dilema era así: a la derecha, a casa vía Villa Crespo, o a la izquierda a seguir explorando, quizás a tomar Cabrera, o quizás hasta Santa Fe.

1 comentario:

Fernando dijo...

Veo el recorrido en Google Maps. Veo que ahí al lado está tu universidad, la Católica, intuyo que eso es lo que te hace conocer tan bien el recorrido.

La avenida Niceto Vega como metáfora de la vida: de la Universidad a la casa de sepelios, y encima cuesta arriba.