domingo, 21 de febrero de 2010

Cenizas y cuaresmales prédicas

Y ya estamos en Cuaresma. Desde el miércoles pasado, miércoles de cenizas. Cuando salimos todos de la iglesia con la frente marcada, ese es un momento que me gusta mucho. Es un signo visible que pocas veces se da. Después de una misa de cualquier domingo, nos mezclamos en la multitud. Pero después de la misa de cenizas, quien es un poco observador podrá distinguir a los cristianos entre la multitud por la frente marcada. ¡Qué bueno que sería que nos pudieran identificar después de cualquier misa, por la alegría en nuestros rostros!
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¡Basta de prédicas que hablen del ayuno diciendo que de nada sirve si es una práctica sólo exterior! Por más cierto que eso sea. No es la debilidad del hombre moderno irse en prácticas piadosas externas. Me parece que la debilidad moderna es olvidarlas. Hay que insistir en que la gente las practique, ¿la práctica externa no ayudaría al trabajo interior?
Puede ser, pero Fray Nelson me dice que el proceso comienza por el interior. En un interesantísimo sermón, él explica cómo el ayuno nace de adentro (y no es sólo una imposición externa). Sucede cuando uno siente la ausencia de Cristo en la propia vida, o en la de la familia, o en la de la gente en general.
Mt. 9, 15. Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán.
[Actualización: Fray Nelson no se queda en el sentimiento, como podríamos pensar; nos llama luego a darnos cuenta de la ausencia de Cristo en nuestras vidas. Creo que hace un gran complemento entre pedirnos el cumplimiento del mandato y explicarnos el sentido. Por otro lado, no soy quién para criticar predicas, todo esto es una charla íntima entre nosotros]
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(Los norteamericanos llaman “Lent” a la Cuaresma. Y qué bien que me suena, ya que necesitaría ir menos rápido en estos días).

5 comentarios:

Fernando dijo...

Querido Juan Ignacio:

Por mi propia experiencia de fe te doy la razón a tí y se la quito a Fray Nelson: la conversión exterior nos lleva o nos ayuda a la conversión interior, en Cuaresma y en el resto del año. Esforzarse por esa conversión exterior (rezar aunque no te apetezca, ir a Misa a diario aunque no te apetezca, ayudar a los demás aunque no te apetezca) es, ya, un síntoma de conversión interior.

Si estás esperando a sentir esas cosas es probable que nunca llegue la conversión.

Algo así dijo Pascal a un amigo suyo libertino, que dudaba si convertirse: haz lo que hacen los devotos, aunque no sientas nada al hacerlo, y poco a poco comprenderás por qué lo hacen y te convertirás de corazón.

Juan Ignacio dijo...

Fernando.

Perdón si lo presenté como un antagonismo. Fray Nelson hace un sermón muy bueno que en nada cae en rebajar la necesidad de ayunar ni tampoco esperar el "sentimiento".

Después de decir que el ayuno nace de la ausencia de Cristo dice que tenemos que tomar conciencia de la ausencia de Cristo en nuestras vidas. Y he ahí un trabajo a realizar, que no queda librado al sentimiento.

Por otro lado no pretendo ser un crítico de sermones, no soy quien para hacerlo. Cuando digo "Basta de predicas así o asá" quiero que se tome como una charla en la intimidad. Estoy algo disgustado con el tono en que se pueda leer ese punto.

En fin, gracias por el comentario, que cubre el lado flojo y además completa con una cita muy buena.

Fernando dijo...

Juan Ignacio, no seás escrupuloso: en el post quedaba claro tu respeto por el sermón. El problema, quizá, vino de que yo no me lo leí y lo juzgué superficialmente.

Y no había nada que completar por parte de tus lectores: tu post era claro en su redacción, perfecto en su finalidad.

Gracias, en fin, por traer temas que nos ayudan a reflexionar en estos períodos lentos.

Capuchino de Silos dijo...

Juan Ignacio. Tienes a tu amigo Fernando que te aconseja muy bien.

Mi comentario era referente al Miércoles de Ceniza.

Pásate, si quieres, por el blog
http://exorbe.blogspot.com y léete el post "A propósito de la ceniza del Miércoles de Ceniza".
Este blog me parece todo un lujo que a los católicos nos hace muchísimo bien. Por lo menos a mí.

Encantada de haberte conocido. Estuve en tu país el pasado año y es toda una delicia. Porque eres argentino ¿no?
Un abrazo.

Juan Ignacio dijo...

Gracias, Capuchino, iré a ver ese blog.
La otra vez te respondí un comentario pensando que eras hombre, así que disculpame. Luego entré al blog y vi que "Capuchino" era una bloguera.