Me toca ir seguido a lo que resultó ser la zona donde un tres de febrero de mil ochocientos cincuenta y dos tuvo lugar una batalla muy recordada de la historia de la República Argentina (para bien o para mal; o para ambas cosas). Y este puede ser un dato para muchos muy conocido. Pero lo que pocos saben es que ahí cerca, del otro lado de esa frontera llamada General Paz, están los escenarios de otro combate, no tan oficialmente histórico (porque histórico es, desde que pertenece a la historia). No menos histórico entonces, y no menos emotivo. Y hasta cierto punto no sé cuán menos importante.
Cruzando la frontera por Av. América (Tres de febrero) y Av. Mosconi (Capital), se puede doblar en la primera cuadra a la derecha en Sanabria para llegar a la diagonal Lincoln y por ella hasta la Plaza Arenales, corazón de Villa Devoto. Allí, no hace muchos años (según nos contaba el Yunque, devotense de cuna y alma), las fuerzas nacionales de Monte Olivia enfrentaron a las que llevaban (quizás deshonrando) el nombre del gringo Freddo (aunque él lo había permitido). En un tenaz pero frío combate, Monte Olivia se alzó con las palmas y dio un gran golpe a esa cadena comercial que ahora viene medio de capa caída. Se podrá ver aún al vencedor erguido en la intersección de las calles Mercedes y Nueva York.
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