En las palabras que rescata Zenit (en ocasión de una conferencia organizada por el Vaticano sobre enfermedades infecciosas) veo que Benedicto XVI nombra, en su intervención, a Damián De Veuster.
Y surge la pregunta: ¿Quién es este hombre que Benedicto XVI compara con San Francisco de Asís o Teresa de Calcuta? Hoy en día la intriga se salva rápido, al menos muchas veces, buscando en Internet. Y esta vez el hallazgo fue sorprendente.
Damián De Veuster o Damián de Molokai, sacerdote de origen belga de la Congregación de los Sagrados Corazones, misionero en Hawai, siglo XIX, destacado por su asistencia a los leprosos de la zona y muerto de dicha enfermedad (o de amor a los leprosos, dependiendo de como Ud. lo quiera ver). Beatificado por Juan Pablo II en 1994.
Pueden leer la página de Churchforum o EWTN (mismo texto); los relatos son para conmoverse. De esas páginas, estas palabras:
Y surge la pregunta: ¿Quién es este hombre que Benedicto XVI compara con San Francisco de Asís o Teresa de Calcuta? Hoy en día la intriga se salva rápido, al menos muchas veces, buscando en Internet. Y esta vez el hallazgo fue sorprendente.
Damián De Veuster o Damián de Molokai, sacerdote de origen belga de la Congregación de los Sagrados Corazones, misionero en Hawai, siglo XIX, destacado por su asistencia a los leprosos de la zona y muerto de dicha enfermedad (o de amor a los leprosos, dependiendo de como Ud. lo quiera ver). Beatificado por Juan Pablo II en 1994.
Pueden leer la página de Churchforum o EWTN (mismo texto); los relatos son para conmoverse. De esas páginas, estas palabras:
Esta isla [Molokai] se convirtió en un infierno de dolor sin esperanza. Los pobres enfermos, perseguidos en cacerías humanas, eran olvidados allí y dejados sin auxilios ni ayudas. Para olvidar sus penas se dedicaban los hombres al alcoholismo y los vicios y las mujeres a toda clase de supersticiones.
Al saber estas noticias el Padre Damián le pidió al Sr. Obispo que le permitiera irse a vivir con los leprosos de Molokai. A Monseñor le parecía casi increíble esta petición, pero le concedió el permiso, y allá se fue.
En 1873 llego a la isla de los leprosos. Antes de partir había dicho: "Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio es demasiado grande si se hace por Cristo".
Es también muy interesante la página de un miembro chileno de la congregación, con más imágenes y recopilación de textos.
2 comentarios:
Es una vida preciosa, yo he leído dos o tres libros sobre él; e incluso visto una película muy linda que se llama, creo, Molokai la isla de los leprosos.
A ver si encuentro en algún momento la novela, porque era bien buena. Me parece que escrita por un buen autor, o alguien de su congregación.
Buen dato. Estaré atento a ver si veo el libro la película en algún lugar...
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