Así decidió llamarse, perito en lunes, debido a su afición por la lectura del poeta de Orihuela. Era un estudioso de la problemática del segundo día de la semana, que en su lugar de origen era tomado por el primero. Nacido y criado en una oficina céntrica de una gran metrópoli, desarrolló especial sensibilidad para el tratamiento del tema. Hoy me lo crucé en Buenos Aires, cerca del obelisco, y me regaló algunas de sus enseñanzas:
El lunes también se trata de dominar la ansiedad. Casi el mismo ejercicio que hay que hacer para esperar eficazmente un colectivo o lograr una verdadera comunicación con otra persona. Hay que ser dueño del lunes, no sólo pasarlo camino al viernes.
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