jueves, 22 de mayo de 2008

De aquí a la eternidad...

En esta fiesta de Corpus Christi tengo oportunidad de molestarlos un poco más con José Miguel Ibáñez Langlois, dejándoles una perla como esta:

En el pequeño pan que yace sobre esta mesa
la materia del universo se ha conmovido
los espíritus tiemblan
nos deslizamos casi eucarísticamente dicen los ríos
nos abrimos como sacramentos musitan las flores
lo que acaba de hacerse sobre esa mesa
me afecta en forma física dice Satumo a sus siete anillos
y lo mismo repite el sistema solar
ah las estrellas resplandecemos con otra luz
mi velocidad es la misma pero ha aumentado dice la luz
los arcángeles tiemblan en la gloria
los siete mil elementos del cosmos han cumplido su sueño
no sé cómo decirlo exactamente se dice el cosmos
pero tengo la sensación de haberme convertido en un tabernáculo
de aquí a la eternidad de aquí a la gloria
no hay más que un paso dicen los trigales.

Este poema del “Libro de la Pasión” (1986), en el capítulo de La Última Cena, es genial (“no sé cómo decirlo exactamente se dice el cosmos”). Y ese final de los trigales viendo que la gloria está cerca es una imagen de frescura y alegría únicas. Una imagen parecida ya estaba expresada y en forma más dramática en un poema de “Eterno es el día” (1968), en el capítulo de Jueves Santo:

Mi cáliz en el alba, nuestro sol enterrado.
A su luz el trigal y la vid crecen temblando
en los nocturnos prados: mañana serán Dios.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Juan Ignacio:

Qué hermosos poemas. Me los leeré con sosiego.

En Madrid es como si Jesús nos hubiera dado un aviso cariñoso. Estábamos muy ilusionados con las dos procesiones del domingo del Corpus, la de Toledo (por la mañana) y la de Madrid (por la tarde). Pues bien, ahora mismo diluvia, y la previsión es que siga haciéndolo todo el fin de semana. Si eso fuera así, no saldrían las dos procesiones.

Es, claro, como si Jesús nos dijera: "Menos folklore y más adoración".

F.

ecazes dijo...

Precioso
Va al foro.
http://www.eltestigofiel.com/dialogo/foros.php?idm=44520
gracias

hna. josefina dijo...

¡Me encanta, sobre todo, la del Jueves Santo! Los dos últimos versos...

Marga Fuentes dijo...

Juan Ignacio:

Una casualidad me llevó a tu blog: A un semejante. Entonces, sólo te dejo mi dirección de blog para que lo veas y oigas si te interesa:

www.marga-fuentes.blogspot.com

Un saludo,

Marga

Juan Ignacio dijo...

Fernando, en esta entrada de Enrique García-Máiquez conocerás a dos viejitas que parecen haber rescatado el espíritu que quieres.

Al principio me resultaba imposible ver lo que decís, eso de menos folklore y más adoración. Sin duda porque se dan dos cosas simultáneas: no lo he visto nunca y envidio todo el folklore que Uds. tienen. Lo envidio porque, en cierto modo, quizás es reflejo de la fe. Ahora bien, puede no serlo, entiendo.

Anónimo dijo...

Querido Juan Ignacio:

Gracias por el enlace. Este hombre es, sin duda, un gran sabio y un hombre de mucha fe. Me quedé con la duda de si hablaba de la procesión de su pueblo o si fue a una de las grandes ciudades andaluzas vecinas. Pero me pareció impertinente preguntárselo, ¿no?

La distinción entre fe y folklore no tendría sentido hace siglos, cuando todas estas solemnidades (Semana Santa, Corpus, el patrón de cada pueblo o ciudad, ...) se festejaban en la calle porque todo el mundo tenía fe. Con el paso del tiempo, la fe se ha rebajado en mucha gente, pero queda la maravilla de la celebración. No es raro que ayuntamientos de pueblos gobernados por el antiguo Partido Comunista den subvenciones a las cofradías de Semana Santa o del santo local, si eso trae turistas.

Sigue valiendo la observación inicial que hice: a ver si adoramos más y nos preocupamos menos de si llueve o no.

F.