domingo, 8 de enero de 2012

No hay belleza como la de la sonrisa

Y es que la risa hace lindo al más fiero. Y sin risa, a la mayor belleza siempre le falta algo. Incluso esas risas desopilantes (dientudas, salivantes, etc.) son de una belleza especial. Si estás preparado, te contagian y ya está; no podés no ver lo lindo de ese “reidor”. Dicen que los ojos son las ventanas del alma (cosa que puede sonar muy cursi, pero es muy cierta). Y digan si la sonrisa no es también una señal. Quien tiene viva el alma, sonríe.

6 comentarios:

Fernando dijo...

Eso es así en general, Juan Ignacio: pero no cuando uno está triste, preocupado o enfadado, entonces la risa ajena puede resultar ofensiva.

Cosas de la envidia, vaya.

Juan Ignacio dijo...

También la belleza ajena puede darnos envidia...

Fernando dijo...

Eso depende de nuestro estado de ánimo, Juan Ignacio, creo que condiciona más que la realidad que vemos: por ejemplo, la risa del otro.

Juan Ignacio dijo...

Sí, sí, puede ser, pero nos vamos para cualquier lado. Ubiquemonos en una situación en que podemos contemplar la belleza.
Un risa, por supuesto, puede decir muchas cosas, hacer bien o mal. Pero eso es otra cosa.

Fernando dijo...

Quería decir, JI, que cuando uno tiene el alma en paz está abierto a apreciar todo lo bueno de la vida, como la risa del otro. Y así debería ser siempre, pese a tener problemas. Pero que nuestra naturaleza es débil y que muchas veces, si hay preocupaciones, toleramos que eso nos nuble la contemplación de lo bello.

Una lástima ser así.

Anónimo dijo...

como me rompe las pelotas la gente 100% critica, como la de fernando...Juan Ignacio, me encanto esto que escribiste, tan simple como cierto! viva la risaaaaaa!!!!!