domingo, 2 de julio de 2006

Status viatoris XX

Me han enviado interesantes pistas y textos Eleder, Cruz y Fierro y Sangre Azul. En camino a Santo Tomás, empiezo tomando la cita de un autor que me descubre Cruz y Fierro. Viene bien el texto porque le da una aplicación práctica a esto de estar en status viatoris. El camino es Jesús, Él mismo lo dijo y lo recordamos en la primera entrada de la serie. De Jesús aprendemos el amor. Y así aprendemos lo que debemos hacer para vivir como "viatores".

¿Por qué debe la caridad ir aumentando así en nosotros? Porque el cristiano es en la tierra un viajero, viator, que espiritualmente se encamina hacia Dios; y sólo progresa mediante actos cada vez más perfectos de amor, “gressibus amoris”, a paso de amor, dice San Gregorio. Se sigue también de ahí que la caridad debe aumentar constantemente en esta vida, de lo contrario el cristiano cesaría en cierto modo de ser viator, se habría detenido a medio camino (Santo Tomás, Suma Teológica, II, II, q. 24, a. 4). Las rutas están hechas para caminar, no para instalarse en ellas y dormir. Por eso se dice en San Lucas, VI, 25: “Vae vobis qui saturati estis, quia esurietis: Ay de vosotros los que estáis hartos, porque tendréis hambre”, y contrariamente en San Mateo, V, 6: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos.” Jesús decía también: “Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba… y ríos de agua viva brotarán de su corazón.” (Juan, VII, 38.)

Rvdo. P. Réginald Garrigou-Lagrange, O.P., “Las tres edades de la vida interior”, Tomo I, Primera Parte, Cap. 7.

No hay comentarios.: