"Si Dios no existe, todo está permitido", había observado Dostoievski. ¿Palabras vanas? Y sin embargo Sartre está de acuerdo precisamente desde su punto de vista ateo: "Con Dios desaparece toda posibilidad de encontrar valores en un cielo inteligible; ya no puede existir un bien a priori, porque no hay ninguna conciencia infinita y perfecta para pensarlo; no está escrito en ninguna parte que el bien exista, que haya que ser honrado, que no se deba mentir" (El existencialismo es un humanismo)
Ultima carta de Carlo María Martini a Umberto Eco en el libro ¿En qué creen los que no creen?
La contemplación de Dios hacía a los hombres iguales, porque eran iguales en Dios. Y esta igualdad tenía un claro significado. Pues no se puede ser igual más que en algo. El soldado y el capitán son iguales en la nación. La igualdad no es más que una palabra desprovista de sentido si no hay nada a qué ligar esta igualdad.
(...)
Expresando a Dios, eran iguales en sus derechos. Sirviendo a Dios, eran iguales en sus deberes.
Yo comprendo por qué una igualdad establecida en Dios no llevaba consigo ni contradicción ni desorden. La demagogia se introduce cuando, a falta de denominador común, el principio de igualdad degenera en principio de identidad. Entonces el soldado niega el saludo al capitán, pues al saludar al capitán el soldado honraría a un individuo y no a la Nación.
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Expresando a Dios, eran iguales en sus derechos. Sirviendo a Dios, eran iguales en sus deberes.
Yo comprendo por qué una igualdad establecida en Dios no llevaba consigo ni contradicción ni desorden. La demagogia se introduce cuando, a falta de denominador común, el principio de igualdad degenera en principio de identidad. Entonces el soldado niega el saludo al capitán, pues al saludar al capitán el soldado honraría a un individuo y no a la Nación.
Piloto de Guerra, de Antoine de Saint-Exupéry
A pesar de todo, los que somos creyentes, como también el autor del primer párrafo, pensamos que es posible el diálogo entre ateos y creyentes. Entre otras cosas por la creencia de que hay una ley natural impresa en la conciencia del hombre. De hecho, muchos no creen en Dios, pero buscan el bien, tratan de ser honrados y tratan de no mentir. En esas actitudes se da lo que dice también en otro fragmento la primera carta: "Un acto justo, realizado porque es justo, conduce a una afirmación de trascendencia."