viernes, 12 de noviembre de 2004

Fe e incursiones sin autoridad en antropología filosófica y psicológica

¿Por qué nos cuestan las parábolas del hijo pródigo o del trabajador de la última hora?
Falta de fe, podemos decir. Pero somos preguntones y razonadores y queremos saber más, con riesgo de irse por las ramas y no entender nada, pero con buenas posibilidades de sacar conclusiones provechosas. Creo que en gran parte (otros aspectos ya los pensé antes), esta dificultad está relacionada con una deficiencia en nuestro concepto de la relación entre el querer y el deber.
Se supone que si estamos con Dios, como el hijo mayor, o como el trabajador de la primera hora, somos felices. Y el que está alejado es infeliz, llega un momento en que sufre por su falta de fe. ¿Qué malestar nos puede producir que el hijo menor vuelva, que el trabajador de última hora se incorpore? Pues sólo la molestia del que estaba con Dios por deber, y no era feliz sino que sólo cumplía una obligación. ¿Estamos con Dios porque queremos o porque debemos?
Podemos también jugar un poco con las palabras y profundizar. Si es sólo porque debemos, quizás no "estemos con Dios" como pensamos. Será mejor reformular la última pregunta, entonces. ¿Tenemos fe o cumplimos obligaciones vacías?

5 comentarios:

R. Castillo dijo...

Partiendo de la premisa que estableces, puedo decir que tengo fe, completamente.

Anónimo dijo...

Necesidad de mantener las pruebas de mi blog. No funciona como yo lo quiero todavía. Thx por el tema. Tal vez esto lo mío para mirar mejor.

Anónimo dijo...

Recientemente me encontré con tu blog y he estado leyendo a lo largo. Yo pensaba que iba a dejar mi primer comentario. No sé qué decir, excepto que he disfrutado de la lectura. blog de Niza.

Juan Ignacio dijo...

Me alegro que haya disfrutado, "blog de Niza".
¿Tiene Ud. un blog?

Juan Ignacio dijo...

Blog de Niza, hizo Ud. el mismo comentario en muchos blogs. ¿Es Ud. un spam bien disfrazado?