(...)
Al final está un ranchito
que han levantao estas manos.
Esa es su casa, paisano,
y ahí puede pegar el grito.
Mi casa es la suya; si aún no lo ha hecho, por favor siéntese.
Allí le voy a mostrar
mi mancarrón, mi dos perros,
unas espuelas de fierro
y un montón de cosas más.
Le cuento que ahorré unos pesos y compré más libros para la "biblioteca blog". Aunque apenas si los pueda leer ya a tantos (menos aún comentarlos), los tengo ahí, a mano. Sírvase tomar el que le guste.
Si es entendido, verá
ponchos de fina trama...
2 comentarios:
Muchas Gracias Juan.
Es todo un honor estar en sus filas.
¡Es gratis! (Ja, ja)
¡Gracias por comentar!
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