miércoles, 22 de noviembre de 2006

En cama

Arranqué cada día con interesantes borradores, que iban creciendo en un marginal Word. Pero las muchas tareas urgentes se llevaron todo el aire y ahogaron a las que podrían haber sido blogueras entradas. Los borradores no llegaron a convencerme antes de tener que dejarlos para dedicarme a otras cosas.
Por otro lado, cuando uno no está seguro de lo que va a decir, es preferible seguir escuchando. Así que cuando la entrada se frustraba, dedicaba el minuto libre para leer a los blogueros amigos.
Y entre idas y vueltas, temas interesantes y enlaces de uno a otro, yo, que no podía meterme bien en cada tema ni comentar a su altura, me sentía como esos niños que deben permanecer en cama mientras sus amigos van a jugar a la calle. Peor aún, porque podía verlos jugar.
Y ahora adiós, los saludo desde la ventana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La cantidad, hermano, la cantidad de veces que a uno se le vienen encima estos períodos de aridez .... a veces pienso si no es mejor seguir aprendiendo a escuchar a los otros.
Que te cures pronto!!!!

Juan Ignacio dijo...

Sin duda, por algo está eso de las dos orejas y una boca...

Anónimo dijo...

Me pasa que de tantas ideas, para uno u otro de mis sitios, se me quedan en el tintero o me da "un ataque de alzhaimer"...¿qué era esa idea tan buena que quería postar?....ayayay
Saludos, amigo.

Juan Ignacio dijo...

Gracias por comentar, café cortado. No estoy sólo, por lo que veo.

No desprecio la amistad a quien me la ofrece, pero está visto que recién nos conocemos.

Saludos.