miércoles, 1 de septiembre de 2004

Cuento


El colectivo iba muy lento, arrancaba y frenaba en todos los semáforos. Me dormí.
Me desperté en otro lugar, pero no lo reconocí. Mucho más descampado, tenía algo de varios lugares, pero todo de ninguno. Algo de los chalets de Ranelagh, algún otro algo de las callecitas tranquilas de Acassuso, otro poco de otro algo de la ribera de Puerto Madero.
Miré mi boleto y era del 174. ¡Ciento setenta y cuatro! ¿Ciento setenta y cuatro? ¿Qué bondi es ese que no está en la filcar? Una vez un remisero me dijo: "el 174 me traía desde Caballito hasta acá"; estabamos en la zona de Punta Chica. Y ¿ahora yo dónde estaba? Este debería ser uno de esos lugares en los que yo estaba por primera vez. Pero era como un anticipo de que sería uno de esos lugares en que pasaste cuando eras chico sin saber dónde era que estabas y luego ya de grande lo conocés... lo conocés, ¡bah!, sabés qué lugar ocupa en el plano, si eso es conocerlo. Y esas cosas quizás ya no te pasan más cuando sos grande, cuando sos grande siempre sabés a dónde vas. Antes de ir mirás la guía, o mirás el plano, estudias bien el camino y las formas de ir y volver. Una vez, sin embargo, me pasó de grande.
Yo había ido con no sé quién a una fiesta en el club Banco Nación, en Benavidez si ahora no recuerdo mal, pero yo no tenía idea dónde estaba, ya que me habían llevado en auto y no me había interesado o no había podido mirar guías o planos (raro, es cierto, pero fue hace unos 8 años más o menos, yo tendría 21 años y quizás aún no tenía el interés tan desarrollado por las guías y los planos).
Solía aburrirme en esas fiestas y esa no fue una excepción. Y cuando me aburro de esas fiestas me voy, sin avisar a nadie me voy. Pero ¿cómo volver de ahí? Pensaba que estábamos "lejos-lejos", pero vi que pasaba el colectivo 60, a esas horas de la noche cada media o una hora más o menos. Algo, sin embargo, antes de ver el 60, me había hecho pensar que tan alejados no estábamos, porque de alguna forma intuía que podía volverme solo. O era sólo ignorancia, o una especie de inocencia, en un inconsciente pensamiento: "¿por qué no voy a poder volver de alguna forma?".
Como se dice ahora: "la cuestión es que" me tomé el 60 y me dije: en algún momento llegaré a Plaza Italia (algo pasó también con el chofer, que no nos entendimos con lo de Plaza Italia porque se ve que por la zona hay otra Plaza Italia). La cuestión es que hice un recorrido larguísimo; lo observé un poco al principio, pasando por calles como rutas, puentes sobre ríos y otros paisajes, luego me dormí y no recuerdo como terminó el viaje, pero sé que bien. Años más tarde, revisando guías y planos, conociendo más acerca de la línea 60 ya que me mudé al norte, di con un lugar que podría ser sin duda ese dónde yo había estado. De hecho, si no me equivoco, es el Club Banco Nación en Benavidez, de dónde me debo haber tomado un 60 cartel R9 (o el que va a Rincón de Milberg, aunque creo que ese termina ahí mismo); algún día revisaré la filcar y pasaré en auto para sacarme la duda.
Por eso pienso que luego buscaré este lugar en dónde me encuentro en al guía y sabré dónde estuve, dónde estoy ahora. Pero veamos con el chofer:
- Oiga, don, ¿falta mucho para Punta Chica?
- Y... diez minutos.
"Va a Punta Chica, nomás", pensé. "Como me había dicho aquel remisero".
- ¿Qué calle es esta?
- No recuerdo, no suelo hacer este ramal.
Por lo menos me enteré que llegaría a un lugar conocido, aunque no sabía por dónde iba, ni cuándo me despertaría.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero preguntarte ¿este cuento es tuyo?
y si es así, ¿tu apellido es Sierra?
Te lo pregunto porque hace mucho (30 años) un conocido con ese apellido me leyó un cuento muy similar. Luego perdí contacto con él.
Por favor sacame de dudas.
jlmdelosandes@hotmail.com

Juan Ignacio dijo...

Sí, yo lo hice.
No conozco otro igual.
Si tenés uno parecido sería interesante conocerlo, la verdad. Si lo tenés, mandámelo.
No me apellido Sierra.
Saludos.

Hache dijo...

algún día revisaré la filcar y pasaré en auto para sacarme la duda

Si algún día te decidís a venir por estos pagos avisá, que te invitamos con unos mates.

Juan Ignacio dijo...

¡Cómo no!
¿Te referís a Benavidez?