domingo, 9 de julio de 2006

Dogma de fe

Yo tiré una piedra al agua:
se abrió y se volvió a cerrar.
Así concibió María:
doncella volvió a quedar.


(Literatura y folklore, I: El folklore literario; selección de Augusto Raúl Cortazar; Centro Editor de América Latina, Biblioteca Argentina Fundamental, serie Capítulo, número 57; otro hallazgo en los regalos de ella).

12 comentarios:

Jose Menchon dijo...

Bonito verso.

Creo que los Dogmas se entienden mejor con la poesia que con la razon... quizas porque al tratarse de Misterios el corazon penetre más adentro que los sesos....¿?

Saludos

http://razonesvida.blogspot.com

Juan Ignacio dijo...

Puede ser, sí señor. (No descartar del todo la razón, sin embargo; digamos que aunque la razón no ha podido llegar sola a ellos, son "razonables").

Juan Ignacio dijo...

Otro comentario. Hoy decidí poner esto aunque había pensado dejarlo para una fecha mariana. ¡Y me enteré después en la misa que hoy es Nuestra Señora de Itatí!

Milkus Maximus dijo...

me encantó. ¿Se puede saber la fuente, es decir, el autor?
Gracias anticipadas

E. G-Máiquez dijo...

La anécdota final, de la Señora de Itatí (bonito nombre) remata a la perfección tu entrada. Los versos demuestran una delicadeza que no es infrecuente en lo popular. Gracias por todo, como siempre.

Juan Ignacio dijo...

Milkus, el recopilador no fue preciso en la fuente, ya que al final de varias coplas indica que la serie fue tomada de dos o tres fuentes, pero no dice cuál de cuál. De todos modos cuando vuelva a casa te las indicaré.

Enrique, te comento que Nuestra Señora de Itatí es de Corrientes, en el litoral argentino (clic).

Saludos.

hna. josefina dijo...

"El corazón tiene razones que la razón no entiende" decía B.Pascal.

Juan Ignacio dijo...

Ah, sí, sí. Una cosa no quita la otra...

Juan Ignacio dijo...

Su visita es providencial, sr. Mora-Fandos, ya que ayer daba yo mis primeras lecturas a "Four quartets" de Eliot (un lindo regalo de ella que dormía en mi pila de libros en espera) y pensaba poner algo de él en estos días, y al ver su perfil lo encuentro como uno de sus "libros favoritos". Si tiene la amabilidad de volver en unos días podrá apuntarme algo al respecto de lo que este inexperto lector ponga aquí.
Saludos.

Ululatus sapiens dijo...

José:

Yo siempre he dicho que sólo los teólogos y los poetas son capaces de entender las cosas 'irracionales', no demostrables, intangibles...

¿Quién puede decir lo que es el amor? ¿Un químico?, ¿un antropólogo? No. ¡Sólo los poetas y los teólogos!

¡Gran poema, Juan Ignacio!

Un saludo.

AleMamá dijo...

Comento acá pues encontré tan precioso este poema.

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Quería dejarte mis alcances a tu comentario en mi sitio; gracias , siempre provocas seguir pensando, y eso me gusta :)

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¡Oh, Juan Ignacio! Ahora tenemos avatar, eh? me perece muy bien :)

Siempre es un honor tu visita; siempre aportando en forma discreta y exacta, gracias.

Sí, tienes toda la razón en cierto sentido, y conste que estoy desarrollando el tema mientras escribo esta réplica, pues aunque son cosas diferentes ahora, antes no existía esa diferencia pues uno era Fulano, sin apellidos, hasta que hubo la nesesidad de distinguir las procedencias familiares, etc.
Obviamente se pertenecía a algún clan y las ovejas negras manchaban la blancura del linaje y más que ahora, pienso.

La familia es un referente demasiado importante y a veces injusto en este sentido pues el nombre a que hago referencia es el de mi ser personal, el sujeto de mis acciones, el que nos identifica como individuos y ese nombre es el que tiene connotaciones únicas, propias, que tiene una cadencia (SIC) cuando uno lo "entona" como dice Semilla, con amor; del mismo modo, a veces se escupe un nombre, como que se disparan las sílabas, tratando de lanzarlas lo más lejos de sí. En fin, no es lo mismo, definitivamente el nombre que el apellido. HOY tienen una relación más práctica que nada.

Juan Ignacio dijo...

Te he respondido en tu blog, pero por si acaso también dejo aquí la copia:

Me considero más vale "pesado" que "discreto y exacto". Uds. se han tomado el trabajo de hacer un lindo y completo post y comentarlo a su altura y yo vengo y digo sólo dos palabras, sin involucrarme del todo en el tema. Eso sí, lo he leído, y si dejé algo escrito es porque me interesó.

Entiendo lo que dices ahora y estoy de acuerdo en casi todo; pero aclaro que me gusta pertenecer a una familia que se identifica por un apellido.

Saludos.