Me había propuesto tolerar los llantos de ese gato, o perro, o lo que fuese, que sonaba como una puerta corrediza metálica sin aceitar. Pero caminaba en oscuras regiones de Eliot y no me era fácil. Dejé la lectura y me puse a escribir esto. Y seguía el gato. O lo que fuera.
Entonces volví atrás, a la parte que me había gustado:
Entonces volví atrás, a la parte que me había gustado:
(…) There are other places
Which also are the world's end, some at the sea jaws,
Or over a dark lake, in a desert or a city—
But this is the nearest, in place and time,
Now and in England. [*]
Y me dieron ganas de dejar libro y cuaderno, despertarlos a ellos e irnos a buscar lugares que sean “el fin del mundo”.
Los “fines del mundo” quizás tengan algo de esos lugares “para mirar al mundo desde fuera”. Recuerdo la primera vez que conocí uno de esos lugares. Era una pequeña plaza a orillas de la avenida Paseo Colón. Refugiado tras los árboles, en un lugar poco habitado, veía el frenético movimiento de la avenida y empezaba a pensar: “¿Por qué nos movemos?” Como me sucede en las azoteas, desde donde vemos el ruido sin ser parte de él. Y nos empezamos a ver a nosotros mismos.
Pero intuyo que los lugares que son “el fin del mundo” son algo más que eso. Mucho más. Quizás algo distinto...
________________ If you came this way,
Taking any route, starting from anywhere,
At any time or at any season,
It would always be the same: you would have to put off
Sense and notion. You are not here to verify,
Instruct yourself, or inform curiosity
Or carry report. You are here to kneel
Where prayer has been valid. (…) [*]
[*] Four quartets, IV: Little Gidding; T. S. Eliot. De la edición bilingüe de Esteban Pujals Gesalí, Ediciones Cátedra, llamada “Cuatro cuartetos”. También un lindo regalo de ella. La traducción de los versos anteriores es la siguiente:
(...) Otros lugares
hay que son también el fin del mundo, están algunos
en las fauces del mar, o sobre un lago oscuro,
en el desierto, en una ciudad; pero el más próximo
es éste, en el espacio y en el tiempo,
ahora y en Inglaterra.
_________________Si vinieras aquí
por cualquier camino, desde un lugar
cualquiera, a cualquier hora, en cualquier época
del año, sería lo mismo siempre:
tendrías que abandonar la razón y el sentido.
No estás aquí para verificar
nada, ni para instruirte o satisfacer
la curiosidad o dar testimonio.
A lo que has venido es a arrodillarte
donde ha sido válida la oración.
4 comentarios:
¡Gracias por poner la traducción! Eso sí que es opción por los ignorantes, entre los que me cuento.
Por suerte la edición es bilingüe...
Para mí el mar siempre lo es... atrayente y sobrecogedor al mismo tiempo, sobre todo si el clima está nublado o tormentoso, algo de ese miedo primordial renace en mí...
Imagino que imaginaste "fin del mundo" como algo que hace temblar, sobrecogedor. No lo había pensado así, pero ahora que lo pienso...
Como se refiere, creo, a un lugar de retiro, de oración (Little Gidding), lo de "fin del mundo" creo que es una metáfora que apunta a estar fuera del mundo (o casi). Pero esa es mi idea.
Si volviera el sr. Mora-Fandos, que parece dominar el tema...
Publicar un comentario