Feel it rising in the cities
Feel it sweeping over land
Over borders, over frontiers
Nothing will its power withstand [*]
Los amantes del amor dicen, como los cristianos decimos, que el amor es lo primero, lo más importante. En estos amantes del amor encontramos, sin embargo, deformaciones por el pacifismo extremo, reducciones por el lado de lo sensual, cuando no confusiones radicales en lo que a la esencia del amor hace. Y si el ensalzamiento del amor nos asemeja (a amantes del amor y a cristianos), lo que nos diferencia es precisamente que no entendemos lo mismo cuando decimos amor.
Los “cantantes de preocupación social”, cantan a la paz mundial, al fin de las guerras, etc. No es iluso quien desea la paz en el mundo; los cristianos oramos por ello. Lo que es un poco “inocentón” en algunos de los cantantes mencionados, es pensar que el mundo por el que hay luchar es un mundo en que no hay maldad (sin armas, sin guerras; esos son los tópicos usuales). Pero los cristianos, que en cierta forma también deseamos eso, sabemos que el mundo del amor no es necesariamente aquel en el que no hay armas, ni guerras, ni ningún mal. El mundo del amor incluye las cosas malas, como los enemigos. El amor es también amor a los que nos hacen mal.
Hechas estas aclaraciones, ya pueden prenderse al ritmo de “Love is the seventh wave” (El amor es la séptima ola; música aquí, letra allá, explicaciones acullá), a cargo de Sting.
[*] Versos de la canción mencionada al final.
2 comentarios:
Sting me gustaba cuando cantaba con sus amigos lo de "Walkin on the moon" o "Roxanne". Pero desde que se puso "social"... oh, ¡no!, ¡vade retro!
Es bueno que los artistas se impliquen en cuestiones sociales, cantantes, escritores, lo que sea. El problema ético se plantea cuando detrás de esa intención "pura" se esconde el ánimo de lucro o de celebridad.
En la película "Truman Capote" encontramos a un escritor ambiguo... ¿deseoso de salvar a un condenado del que se ha enamorado? ¿Sediento de fama y reconocimiento?
Creo que la nota al final de la película lo dice todo: Murió en 1984 a causa del alcoholismo. Nunca llegó a terminar otro libro después de escribir "A sangre fría".
Y si resulta que al final lo que buscaba era lo que nunca recibió de pequeño en su familia... AMOR.
Publicar un comentario