jueves, 28 de octubre de 2004

Demasiado pequeño

Recargar el mate, o hacerse un mate cocido, o un café. Para que los ojos no se cierren. Para poder seguir leyendo ese libro tan rico, tan original, tan lleno de enseñanzas. ¡Y qué importa si mañana andamos medio dormidos en el trabajo!
Son esas pequeñas "locuras" que a veces dejo que le ganen a las "sensateces". Y así me siento entonces un poco mejor. Y ella me consuela:
"Yo sé que los santos también han hecho locuras por ti, han hecho grandes cosas porque eran águilas.
Jesús, yo soy demasiado pequeña para hacer grandes cosas (...)"
(Cap. IX, Historia de un alma, Santa Teresa de Lisieux).

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